viernes, 9 de noviembre de 2012

Mala compañía

En un escenario donde tenemos muchas cosas por definir, las negociaciones pueden responder a los intereses de todos los actores. La coyuntura abre una posibilidad, que está en nosotros construir de acuerdo con nuestras necesidades actuales.En este sentido, en minería es verdad que lo mejor está por venir. La frase no debe tomarse como un slogan político publicitario, responde a la realidad actual de la actividad, al menos en Catamarca, donde casi todos los actores no están conformes con la parte que les toca.
No hay modelos por copiar. ¿Por qué algunas provincias mineras aprovecharon la minería y otras no? Un modelo funciona si lo hacemos funcionar, si nos ponemos de acuerdo, si acercamos posiciones, caso contrario no funciona.

La teoría puede ser mala compañera
Lo que pasa es que la teoría es mala compañera cuando va divorciada de la práctica. Con esta manera -que se sostiene en el tiempo- de administrar los recursos que provienen de la actividad no es extraño que haya antimineros en la provincia. Lo digo a la inversa y a modo de pregunta: ¿Es raro que a pesar de todo la minería cuente con apoyo social?
Al parecer, la sociedad tuvo en claro desde siempre que las cosas podían ser distintas, al margen de la subestimación que de la gente común puedan hacer los intelectuales de la época y que suelen diferenciarse de “la masa”.
Todo el tiempo la comunidad catamarqueña supo que del mismo modelo se podía sacar distintos resultados. Por deducción también reconoce que cambiar el formato por otro supuestamente nuevo, no necesariamente significa que vamos a tener modificaciones sustanciales.

La minería como “vivencia”
A ver si se entiende. Lo bueno es que en este momento no hay un escenario definido para nadie, está todo para ser delineado, configurado. Lo que se inicia en esta nueva etapa depende de nuestra imaginación y compromiso.
Otra situación es posible si empezamos hablando con hechos, porque para información (a favor o en contra de la actividad) está Internet. Ponemos en el Google “minería” y es suficiente para tener noticias de todas partes del mundo.
Es que la diferencia no se da en el nivel teórico. Sin la “vivencia” de la comunidad de una minería que derrame sus beneficios y potencie otras actividades, la minería corre el riesgo de diluirse en la disputa filosófica.
Esta es la razón por la que se cruzan voces que hablan de la minería sin haberla experimentado. Lógico, porque en verdad nunca les llegó. Por consiguiente, cuanto más se hable de ella (sin hechos), más abstracta la sentirán. La única forma de entenderla en lo sucesivo será experimentando sus beneficios.
En este marco, la teoría no tiene casi influencia. ¡Se han dicho tantas cosas en favor y contra de la actividad! ¿Quién quiere oír solo las bondades de la minería cuando la experiencia marca puntualmente la falta de coincidencia con las expectativas locales?

En relación directa con el vecino
Todos los actores tienen un diagnóstico y su planificación, ninguno está satisfecho totalmente. Sin duda cada uno tiene muchas cosas que decir, pero el camino no es empujar el discurso unidireccional sino escucharnos para contener las distintas memorias sociales.
Cuando la política se reduce a describir la realidad o manifestar expresiones de deseo, se condena a morir en el intento. La vida de carne y hueso interpela, la espera se impacienta pidiendo acciones explícitas, contundentes y en relación directa con el vecino.
El descreimiento de la sociedad de la época contemporánea es en cualquier ámbito. Sin embargo, en el caso de las exigencias que se tiene especialmente con la minería, se debe a su potencialidad y capacidad de desarrollo. ¡Un pueblo con minería tiene que progresar!

Situarse en el medio
Cuando las respuestas no llegan da la impresión de que no sabemos dónde estamos parados. Pensar que solo nos tenemos que poner de acuerdo en 5 o 6 puntos que son clave a la hora de buscar denominadores comunes.
El modelo decadente es el aburguesado, el que se cree ganador pero no genera consenso social, el paradigma de la mera teoría. Para cambiar, los diferentes puntos de vista deben ser, metódica y minuciosamente, considerados y atendidos en una sístensis plural y democrática.

Hechos por vivencias
El asunto es que tenemos que concentrarnos en las respuestas, en forma lenta, pero segura. Es fácil caer en la teorización de la política y la demagogia, pero se puede salir a veces solamente siendo consciente de que “con el pico (la boca) no hacemos nada”.
Lo digo de otra forma, si hubiéramos hecho con el mismo modelo minero que tenemos actualmente, al menos un 50 % de lo que nos propusimos cuando arrancó la actividad en Catamarca, la concepción de la realidad minera sería otra, es más, sería un ejemplo en el mundo.
Pero no, teníamos que hacer las cosas al revés, hablar mucho y hacer poco, gastar la plata tirando manteca al techo sin ningún tipo de planificación. Con estos “hechos” negativos, lo mínimo que podemos pensar es que esta situación se revierte solo y exclusivamente con “experiencias” positivas.

Por Juan Carlos Andrada (De la Redacción del Diario LA UNION)

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