¿Quién dijo que Agua Rica es más grande que Alumbrera? No sabemos quién lanzó el cuento, pero se extendió con tanta facilidad que ahora es una idea que cuesta desterrarla. Si fuera más grande no necesitaría de infraestructura prestada para desarrollarse.
Para que Agua Rica sea razonablemente rentable no tiene otra chance que ir de la mano con Alumbrera. Si fuera dos veces el doble que la mina que opera actualmente Xstrata, pues entonces no necesitaría ayuda para desarrollarse. Dimensionemos, puede ser un proyecto social importante que nos beneficie, pero no va a resolver todos los problemas de los catamarqueños.
De hecho Agua Rica es inviable sin la construcción, instalaciones y servicios que ya tiene Alumbrera. Le digo más, es un proyecto chico en comparación con otras iniciativas de la región NOA y Latinoamérica. A decir verdad, casi la totalidad de los yacimientos existentes en esa zona no son factibles sino en conjunto o con Alumbrera.
Hablar con claridad permitirá dejar sin efecto información que no concuerda con la realidad. Las perspectivas económicas guardan estrecha relación con el proyecto efectivo, por eso la reingeniería busca conseguir mayor recuperación de los metales demandados en el mercado internacional y amplificar los beneficios de los interesados.
La comunidad y su relación con los privados
De esta manera, para que los accionistas tomen finalmente las decisiones que faltan en este caso, antes tenemos que ponernos de acuerdo los catamarqueños. No hay posibilidades de que inviertan en la provincia sin un compromiso interno e incluso garantías de que esa apuesta económica no se volverá un boomerang hacia nosotros y/o los empresarios.
Los privados la tienen clara. Un proyecto minero que no tiene en cuenta el futuro no solo es un fracaso social y una decepción que se extendería en el mundo, sino también un riesgo para los empresarios que pueden ver sus inversiones afectadas "a la larga o a la corta".
Esta es la razón por la cual los accionistas no se van a decidir por Agua Rica si no se garantiza el progreso social. De tal forma que uno de los principales interesados que la comunidad prospere con la actividad es precisamente el sector privado, que pretende explotar Agua Rica u otro yacimiento cercano.
Claro que no es por mera solidaridad. En el cuadro de variables que manejan los privados, se encuentra como una condición sine qua non, planteada abierta y concretamente, la necesidad, por el bien de la continuidad del proyecto minero, que la comuna crezca a la par que la actividad minera se despliega y consolida.
No hay que inventar nada
Esto significa que las utilidades y las regalías mineras “no son para tapar agujeros”. Son las decisiones políticas que no supimos tomar y que nos llevó a actuar como incontinentes que nunca tuvieron plata, y la queríamos gastar a toda junta en un solo día.
La metodología empleada por la gestión anterior es cómoda para la provincia, porque se desentendió de los pueblos mineros bajo el pretexto de la autonomía municipal. La moraleja es que si queremos un desarrollo regional y articulado, no se los puede dejar solos. Autonomía no debe confundirse con aislamiento.
Por suerte está contemplada por ley la figura del fideicomiso. Para salir adelante con mayor eficiencia no tenemos que inventar nada. La normativa vigente contempla esta herramienta de análisis, prevención y evaluación.
Sencillamente, tenemos que poner en marcha los fideicomisos y conformar equipos técnicos de trabajo, que definan dónde tenemos que poner la plata despolitizando la utilización de los recursos mineros y permitiendo el desarrollo sustentable.
Curiosamente, el fideicomiso nunca se activó. Permanece sin ser estimado con seriedad porque choca con intereses políticos que incomodan a los funcionarios de tiro corto. Aunque legalmente previsto, a nadie hasta aquí se le ocurrió que sería total y absolutamente apropiado desempolvarlo para darle garantías sólidas a la sociedad.
Qué tan difícil puede ser acordar 4 o 5 puntos en los que ir adelantando, sin necesidad de andar tropezándonos entre nosotros. Los objetivos comunitarios no pueden ser insalvables ni tan discutibles, si tenemos en cuenta la falta de respuestas sociales urgente que nos apremia.
¿Papá, me prestas el auto?
Pero alguien tiene algún día que ponerle el cascabel al gato, por eso es loable que la nueva gestión que conduce Lucía Corpacci reglamente la Ley de Regalías Mineras, y no queden dudas qué debe hacerse con esos fondos, y qué se prohíbe terminantemente, para que a pesar de los esfuerzos oficiales por mal administrarlos, no se despilfarre el dinero. Para ser más gráfico, un intendente o funcionario que nunca tuvo tantos millones de pesos en la mano es como un adolescente al que se le presta el auto cuando recién está aprendiendo a manejar.
Porque, sin duda, y de acuerdo con la experiencia que pasamos los catamarqueños, se gastó en cosas intrascendentes con la mirada puesta en la placa de bronce o las urgencias electorales de un político de campaña. El peor de los criterios que difícilmente puede encuadrar con las verdaderas necesidades y expectativas sociales.
Agenda minera
Pero han de saber todos, y sino se lo recordamos, que los fondos mineros no son de los gobiernos sino del pueblo, que es en definitiva la razón de ser de las políticas de Estado y la permanencia o apertura de nuevos emprendimientos mineros.
La agenda minera política debe ser compartida con otros organismos para llevar las posibilidades a su máxima expresión, en una planificación que no debe ser menor a los 5 años, y que extienda su atención en lo posible para las próximas décadas.
En este sentido, no es baladí insistir con el vacío que dejan las instituciones y entidades educativas y científicas, con su irremediable ausencia. Al margen de los denodados esfuerzos que pueda hacer individualmente el Gobierno, el poco o nulo intercambio público-privado para la planificación del futuro de los catamarqueños no deja de preocuparnos, por no decir asustarnos.
Por Juan Carlos Andrada (De la Redacción del Diario LA UNION)
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