lunes, 9 de noviembre de 2009

Nacionales: La increíble fortuna y el sangriento final de un prófugo del caso Echarri

Pablo Mettica, uno de los secuestradores del padre del actor, se burló de la ley durante 7 años y terminó ejecutado por narcos colombianos. (Fuente: Clarin.com)

Por: Virginia Messi
Pablo Mettica era el único prófugo que quedaba por el secuestro de Antonio Echarri, ocurrido en 2002. Su cuerpo apareció en el baúl de su Mercedes Benz el sábado 17 de octubre de este año, en Villa Dominico. Ahora, el misterio de su muerte empezó a desmadejarse: habría sido asesinado por narcos colombianos, a los que traicionó. Así de dura, simple y escandalosa esa la principal hipótesis que hoy maneja la fiscal de Avellaneda, Carla Musitani, a cargo de la investigación del crimen.
Bajo la identidad falsa de Sebastián Alvarez, Pablo Mettica (33) no sólo logró mantenerse fuera de la cárcel durante siete años. Además, se hizo rico: era dueño de casas, comercios, autos de lujo y hasta de un barco. El 14 de octubre pasado fue visto con vida por última vez. Ese día, su Mercedes Benz fue estacionado por sus asesinos en la esquina de Magdalena y Agüero, de Domínico. No le llamó la atención a nadie hasta que tres días después comenzó a salir olor del baúl. Entonces lo encontraron. Mettica estaba prolijamente empacado en una bolsa, con un tiro en la nuca y sin marcas de haber sido torturado o de haber luchado.
No llevaba documentos, por lo que tomó unas horas y bastante trabajo saber quién era. Cuando se llegó a su verdadera identidad (rastreando los datos del auto, a nombre de su esposa) "saltó" su pedido de captura por el caso Echarri.
La principal hipótesis, entonces, apuntó a una posible venganza por ese secuestro en el que ya hubo un crimen y una "vendetta". Pero ésta cayó sepultada por los fuertes indicios de que se estaba frente a un crimen narco.
Para empezar, Mettica era investigado por el juez federal N° 8 de la Capital, Marcelo Martínez De Giorgi. El 5 de octubre, menos de 10 días antes del crimen, un hombre se presentó en el juzgado y denunció que Mettica y un ciudadano lituano amigo suyo estaban traficando cocaína colombiana. Parte la comercializaban en Puerto Madero y parte la enviaban a Europa. Por eso Prefectura comenzó a seguirlo.
Ambos datos -el carácter de la denuncia y su proximidad con el homicidio- pusieron en alerta a la fiscal de Avellaneda, Carla Musitani, a cargo de la causa por el homcidio de Mettica. En pocos días, Musitani logró juntar testimonios y pruebas que relacionan al muerto con un cartel colombiano bautizado en la Argentina como "El Rey" por el logo que tienen los panes de droga de sus cargamentos.
La fiscal consiguió testimonios clave del entorno de Mettica que la llevaron a hacer nueve allanamientos la semana pasada, uno de ellos en la lujosa casa que la víctima tenía en la localidad de Luján.
Lo que los testigos le dijeron a Musitani podría resumirse así: Mettica se había vuelto millonario haciendo tratos con carteles colombianos y serbios, pero no era una persona de confianza, los traicionó y por eso lo mataron.
Puntualmente, lo que consta en la causa es que Mettica delató primero al colombiano Jaime Andres Herrera Hennessey (26). Este fue detenido por la Policía Bonaerense el 26 de abril del año pasado con poco más de tres kilos de cocaína. Lo sorprendieron en un estacionamiento de Avellaneda cuando estaba subiendo a su Renault Clio.
A los pocos días, también en Avellaneda y en un operativo relacionado con el caso anterior, fueron secuestrados 470 kilos de cocaína colombiana que iban a partir rumbo a España. Por entonces, la Policía difundió que los panes de droga llevaban la inscripción "El Rey".
Musitani también le tomó declaración al socio lituano de Mettica, quien había salido de la cárcel en mayo del 2008 (estaba acusado de homicidio) y desde entonces viajó a Europa en tres oportunidades. Según un testigo que declaró en el expediente, éste era el encargado de traer los euros desde Europa.
El lituano reconoció que, estando en la cárcel, se hizo amigo del hermano menor de Pablo Mettica (Julio Cesar, preso por el caso Echarri) y por eso se contactó con Pablo cuando salió. "Buscando una vida mejor", contestó cuando le preguntaron los motivos de sus tres viajes a Europa. A través de su abogado ya pidió declarar también en la causa abierta en la justicia federal de la Capital.
Por lo que pudieron reunir los investigadores, Mettica tenía tantos amigos como enemigos. Algunos aseguran que estuvo detrás del crimen de los dos narcos colombianos asesinados en Unicenter el año pasado e incluso lo relacionan con las dos toneladas de cocaína de un cartel serbio secuestradas en un yate cerca de Montevideo, episodio que casi se superpone con su violenta muerte.
Lavado de dinero, narcotráfico, son cuestiones que Musitani, por un tema de competencia, ya envió al fuero federal. Pero todo parece relacionado a niveles insólitos. Solo un dato: el hombre que denunció a Mettica en el juzgado de Martínez De Giorgi días antes de que aquél apareciera muerto, sería parte de su entorno directo.

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