San Juan. Sólo en Veladero se pueden ver 34 camiones gigantes, con capacidad para transportar 240 toneladas y cuyos neumáticos tienen 3,6 metros de diámetro cada uno.
Sólo en Gualcamayo puede admirarse la interminable cinta transportadora de 7,5 kilómetros de longitud que carga la roca con mineral desde el rajo hasta el valle de lixiviación y que, además, se autosustenta de energía, la que genera con su propio movimiento continuo.
Y sólo en Casposo se podrá ver en un molino de bola para la trituración y no un valle de lixiviación como tienen las otras dos minas, ya que el proceso para separar el oro se hará en 6 enormes tanques con capacidad para 300 mil litros y uno mayor de 600 mil litros.
Pero tal vez la diferencia más palpable es que Veladero, que comenzó en el 2005, produce unas 500.000 onzas de oro anuales, y a partir del año próximo serán 700.000 onzas gracias a la ampliación de la mina; mientras que en Gualcamayo, que comenzó este año, se producen unas 120.000 onzas anuales y Casposo producirá 65.000 onzas a partir del año próximo. Las cifras hablan del tamaño de cada yacimiento y de su entorno.
Estas son las tres minas de oro que hay en marcha en San Juan, dos que ya se explotan en Iglesia -Veladero- y en Jáchal -Gualcamayo-; y una en plena construcción en Calingasta -Casposo-, que producirá su primer lingote en septiembre de 2010.
Las tres usarán el mismo sistema para separar el oro, lixiviación con uso de cianuro, pero los procesos y diseños de las plantas de producción son muy distintos en cada una por la forma en que se encuentra el oro y el lugar donde está.
En Veladero y Gualcamayo hay valles de lixiviación con uso de cianuro ya que el oro se encuentra muy diseminado entre la roca. Pero en Casposo está más concentrado en vetas y eso les permitirá eludir la lixiviación en valle y se hará en enormes tanques cerrados.
"Cada mina es única, necesita una solución a medida. Acá no se puede aplicar la misma fórmula a todas porque cada proceso dependerá de las características mineralógicas del área, de la ley del yacimiento -cantidad de oro por tonelada de roca-; del volumen de las reservas y del lugar geográfico donde esta emplazado el proyecto. Todo eso determina cual será la solución para cada caso", explicó Pedro Sarquís, director del Instituto de Investigaciones Mineras de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ. (Diario de Cuyo, San Juan, 23/11/09)
Sólo en Gualcamayo puede admirarse la interminable cinta transportadora de 7,5 kilómetros de longitud que carga la roca con mineral desde el rajo hasta el valle de lixiviación y que, además, se autosustenta de energía, la que genera con su propio movimiento continuo.
Y sólo en Casposo se podrá ver en un molino de bola para la trituración y no un valle de lixiviación como tienen las otras dos minas, ya que el proceso para separar el oro se hará en 6 enormes tanques con capacidad para 300 mil litros y uno mayor de 600 mil litros.
Pero tal vez la diferencia más palpable es que Veladero, que comenzó en el 2005, produce unas 500.000 onzas de oro anuales, y a partir del año próximo serán 700.000 onzas gracias a la ampliación de la mina; mientras que en Gualcamayo, que comenzó este año, se producen unas 120.000 onzas anuales y Casposo producirá 65.000 onzas a partir del año próximo. Las cifras hablan del tamaño de cada yacimiento y de su entorno.
Estas son las tres minas de oro que hay en marcha en San Juan, dos que ya se explotan en Iglesia -Veladero- y en Jáchal -Gualcamayo-; y una en plena construcción en Calingasta -Casposo-, que producirá su primer lingote en septiembre de 2010.
Las tres usarán el mismo sistema para separar el oro, lixiviación con uso de cianuro, pero los procesos y diseños de las plantas de producción son muy distintos en cada una por la forma en que se encuentra el oro y el lugar donde está.
En Veladero y Gualcamayo hay valles de lixiviación con uso de cianuro ya que el oro se encuentra muy diseminado entre la roca. Pero en Casposo está más concentrado en vetas y eso les permitirá eludir la lixiviación en valle y se hará en enormes tanques cerrados.
"Cada mina es única, necesita una solución a medida. Acá no se puede aplicar la misma fórmula a todas porque cada proceso dependerá de las características mineralógicas del área, de la ley del yacimiento -cantidad de oro por tonelada de roca-; del volumen de las reservas y del lugar geográfico donde esta emplazado el proyecto. Todo eso determina cual será la solución para cada caso", explicó Pedro Sarquís, director del Instituto de Investigaciones Mineras de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ. (Diario de Cuyo, San Juan, 23/11/09)
No hay comentarios:
Publicar un comentario