APOYO A NÉSTOR 2011 POR VIAJES AL MUNDIAL
El ex juez de Instrucción Mariano Bergés, uno de los fundadores de la ONG Salvemos al Fútbol, denunció a Aníbal F, Rudy Ulloa y al puntero K Marcelo Mallo por la creación de Hinchadas Unidas Argentinas. Hernán Buzzella.
“Si ser barra me permite que me ofrezcan la posibilidad de viajar gratis a Sudáfrica, el día de mañana varios pueden ser violentos a propósito para conseguir algún tipo de prebenda", sostuvo el ex magistrado.
El país ya está inmerso en las vísperas de los acontecimientos más importantes en materia deportiva y política: el Mundial de Sudáfrica y, un poco más allá en el tiempo, las elecciones presidenciales. En ese escenario de preparativos y negociaciones, ambos sectores advirtieron que lo que necesitaban lo tenía el otro. Y el acuerdo rápidamente tomó forma en el grupo bautizado Hinchadas Unidas Argentinas, que recientemente inició los trámites para ser reconocido legalmente como ONG.
El kirchnerismo, a través de Marcelo Mallo, uno de sus más fieles punteros, reclutó a los líderes de las barras bravas del fútbol argentino y les ofreció planes sociales y viajes al Mundial. A cambio solicitó que los jefes y sus nutridas tropas estén presentes en los actos de campaña, que hagan publicidad desde las tribunas para “Néstor 2011” y que participen en las internas del Partido Justicialista aportando votos y fiscales.
Esta situación provocó que Salvemos al Fútbol (SAF) -una ONG que lucha contra la violencia en el fútbol- radicara una denuncia por asociación ilícita y encubrimiento. “A esta altura ya no puede menos que sospecharse seriamente sobre las complicidades, connivencias, financiamiento y contubernios existentes entre integrantes del Poder, encarnado en sus figuras más altas, caso Aníbal Fernández, con el operador Rudy Fernando Ulloa Igor, y con Marcelo Mallo”, consigna la presentación judicial hecha por uno de los fundadores de SAF, el abogado Mariano Bergés.
“Si ser barra me permite que me ofrezcan la posibilidad de viajar gratis a Sudáfrica, el día de mañana varios pueden ser violentos a propósito para conseguir algún tipo de prebenda. El argumento de Mallo es que quiere reinsertarlos. Que no cometan más delitos y listo, se terminó la historia”, señaló el ex juez Bergés a Criticadigital.
A diferencia de años anteriores, actualmente no hay ninguna intención de ocultar la relación entre políticos y barras. “Siempre fue sabido el vínculo pero no pudo ser probado fehacientemente. Lo que están haciendo ahora es blanquear los lazos. El tema es grave, están armando una fuerza de choque, es un despropósito”, opinó el ex magistrado.
Durante su época como juez de instrucción, cargo al que renunció en 2004, Bergés tuvo en sus manos la denominada megacausa por la violencia en el fútbol. En 2003 logró llevar a la cárcel al barra Rafael Di Zeo y a toda la primera línea de La 12. Además, en un hecho sin precedentes, fueron presos dos dirigentes: el por entonces secretario general de Boca, Luis Buzio, y el vicepresidente de Chacarita, Armando Capriotti.
“Que se constituyan como ONG no me preocupa en absoluto. Lo que importa es si cometen o no delitos. Los barras saben hacer negocios. Si el que les rinde es el de la violencia van atrás de eso. Hoy están con este gobierno, mañana con otro. Así no se soluciona para nada la violencia en el fútbol. Estaría bueno saber de dónde saldrá la plata para solventar esos pasajes”, concluyó.
Desde las filas K solventarían como mínimo 280 viajes con todos los gastos incluidos. Cada uno de ellos cuesta no menos de 7 mil dólares.
El kirchnerismo, a través de Marcelo Mallo, uno de sus más fieles punteros, reclutó a los líderes de las barras bravas del fútbol argentino y les ofreció planes sociales y viajes al Mundial. A cambio solicitó que los jefes y sus nutridas tropas estén presentes en los actos de campaña, que hagan publicidad desde las tribunas para “Néstor 2011” y que participen en las internas del Partido Justicialista aportando votos y fiscales.
Esta situación provocó que Salvemos al Fútbol (SAF) -una ONG que lucha contra la violencia en el fútbol- radicara una denuncia por asociación ilícita y encubrimiento. “A esta altura ya no puede menos que sospecharse seriamente sobre las complicidades, connivencias, financiamiento y contubernios existentes entre integrantes del Poder, encarnado en sus figuras más altas, caso Aníbal Fernández, con el operador Rudy Fernando Ulloa Igor, y con Marcelo Mallo”, consigna la presentación judicial hecha por uno de los fundadores de SAF, el abogado Mariano Bergés.
“Si ser barra me permite que me ofrezcan la posibilidad de viajar gratis a Sudáfrica, el día de mañana varios pueden ser violentos a propósito para conseguir algún tipo de prebenda. El argumento de Mallo es que quiere reinsertarlos. Que no cometan más delitos y listo, se terminó la historia”, señaló el ex juez Bergés a Criticadigital.
A diferencia de años anteriores, actualmente no hay ninguna intención de ocultar la relación entre políticos y barras. “Siempre fue sabido el vínculo pero no pudo ser probado fehacientemente. Lo que están haciendo ahora es blanquear los lazos. El tema es grave, están armando una fuerza de choque, es un despropósito”, opinó el ex magistrado.
Durante su época como juez de instrucción, cargo al que renunció en 2004, Bergés tuvo en sus manos la denominada megacausa por la violencia en el fútbol. En 2003 logró llevar a la cárcel al barra Rafael Di Zeo y a toda la primera línea de La 12. Además, en un hecho sin precedentes, fueron presos dos dirigentes: el por entonces secretario general de Boca, Luis Buzio, y el vicepresidente de Chacarita, Armando Capriotti.
“Que se constituyan como ONG no me preocupa en absoluto. Lo que importa es si cometen o no delitos. Los barras saben hacer negocios. Si el que les rinde es el de la violencia van atrás de eso. Hoy están con este gobierno, mañana con otro. Así no se soluciona para nada la violencia en el fútbol. Estaría bueno saber de dónde saldrá la plata para solventar esos pasajes”, concluyó.
Desde las filas K solventarían como mínimo 280 viajes con todos los gastos incluidos. Cada uno de ellos cuesta no menos de 7 mil dólares.
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