miércoles, 11 de julio de 2012

El cerco se cierra cada vez más sobre la producción del interior

Los productores no encuentran respuestas y están desguarnecidos frente a la caída de las exportaciones y el incremento de sus costos.
La grave situación que atraviesa la agricultura catamarqueña, con su punto más crítico en el estado terminal de la olivicultura, se enmarca en una crisis generalizada en gran parte de las actividades productivas del interior del país y en un deterioro de las economías regionales, que hasta el momento no encuentra su piso.
La anulación del "sueño verde" catamarqueño, bajo el cual se plantaron más de 28 mil hectáreas de olivo y se instalaron fábricas de aceite en la provincia, se ha analizado extensamente ya. El elemento nuevo es el cerco de la rentabilidad en caída libre en otros sectores que empieza a cerrarse sobre la producción del interior. En este marco, las alternativas a la inversión productiva se restringen drásticamente, con la consecuente desaparición de fuentes de trabajo.
Un dólar "planchado", la baja en los precios internacionales y el incremento de los costos de producción se suman a decisiones nacionales que generaron represalias en países como Brasil, el principal mercado para los productos argentinos en el MERCOSUR, que restringió el ingreso de importaciones argentinas.
"Cambiá las aceitunas por pescado, manzana o tabaco, y vas a ver que todos estamos en la misma que Nucete", señaló el empresario pesquero marplatense Antonio Solimeno al diario La Nación, que el domingo publicó un detallado informe sobre la crisis de las economías regionales. Solimeno tomó como referencia a la firma riojana Nucete, un emblema de la agroindustria, que suspendió sus actividades debido al impacto negativo de las restricciones impuestas por el gobierno brasileño en respuesta a las trabas nacionales a productos de ese país determinadas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Según la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), la pérdida de competitividad y la imposición por parte de Brasil de licencias no automáticas a ciertos productos argentinos hicieron caer las ventas al exterior, principalmente las originadas en las economías regionales. Así, mientras que entre enero y mayo de este año las exportaciones cayeron 6% en valor y 4% en volumen, respecto a igual período de 2011, una categoría netamente regional como la de "frutos comestibles" tuvo un derrumbe mucho mayor que la media: cayó un 26 por ciento.
Clarín publicó el lunes las estadísticas del Senasa, que controla las exportaciones de agroalimentos: las de frutas cayeron un 27% en valor; las de pesca un 9%; las de ajo un 53%; las de miel un 18%; las de arroz un 32%; las de cebolla un 32%; las de algodón un 36%; las de carne ovina un 62%; las de frutilla un 15% y las de té un 12%.
Para el IERAL, de la Fundación Mediterránea, el motivo de esto no es tanto la crisis internacional como "razones internas, pues hay un cóctel de acciones que juega en contra de las exportaciones".
"Catamarca y La Rioja, con fuerte presencia olivícola, tienen precios promedio en dólares inferiores a 2001", consigna el IERAL.
En el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, las pérdidas por la baja en la exportación de peras y manzanas llegarán este año a los 70 millones de pesos, con un 10% menos de ventas.
Los vinos mendocinos llevan una caída acumulada de ventas del 4,5% en lo que va del año, superior a la del 3,6% que se dio en 2011. La decisión de Brasil de incluir al vino en el sistema de licencias no automáticas fue un golpe letal.
La producción de cítricos, con centros en Tucumán, Entre Ríos y Misiones, no la pasa mejor: la exportación de estas frutas pasó de 660.037 toneladas en 2006 a 502.409 en 2011. "Con elevadísimos costos por aumento de insumos y mano de obra, hoy la pretensión es pagar los gastos y mantener las plantaciones", destacó Enzo Rita, presidente de Federcitrus.
Los tabacaleros también enfrentan un panorama negro.
Hay actividades que directamente van hacia la desaparición. En 2004, la Argentina era exportadora de alcauciles, con 200.000 toneladas de producción; este año no se llegó a las 10.000 toneladas.
En este negro contexto se inserta la agroindustria catamarqueña.
Las medidas asumidas hasta ahora fueron intentos de paliativos puntuales. Todavía no se ha encarado el problema en forma global para buscar salidas. El caso Nucete fue extremo: la crisis viene arrastrándose desde hace un lustro sin que se la aborde decididamente.
Fuente:  http://www.elancasti.com.ar/politicaeconomia/El-cerco-se-cierra-cada-vez-mas-sobre-la-produccion-del-interior-20120711-0011.html

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