Aunque la presidenta Cristina Kirchner prometió el miércoles por cadena nacional que ayudaría "a todas y cada una de las provincias" con sus penurias fiscales, esa cooperación no se refleja en la ejecución del presupuesto: allí hay $ 18.000 millones destinados a las gobernaciones que la Casa Rosada aún no repartió, pese a los serios problemas que presentan varios distritos para afrontar sus gastos corrientes.
La porción mayor de esos fondos se concentra en el Programa de Sustentabilidad de las Finanzas Públicas Provinciales, que en el presupuesto 2012 cuenta con una partida de $ 14.954 millones. Este proyecto fue lanzado como parte del plan de desendeudamiento provincial, que la Presidenta prorrogó el año pasado, y está destinado a financiar aquellos distritos con necesidades de caja. Uno de ellos es Buenos Aires, cuyo gobernador, Daniel Scioli se encuentra en un serio aprieto para afrontar el pago de los aguinaldos a la administración pública provincial; si bien reclamó a la Nación un auxilio extraordinario de 2800 millones de pesos, sólo recibió 1000 millones provenientes de aquel programa de sustentabilidad.
Fuera de este giro, la Nación no hizo ningún otro desembolso a otra provincia en lo que va del año, según confirmaron la consultora Economía y Regiones y legisladores de la oposición.
El retaceo de fondos por parte de la Nación al principal distrito del país agudizó el enfrentamiento político entre la Presidenta y Scioli, exacerbado desde que el mandatario bonaerense sinceró sus ambiciones presidenciales. La Presidenta le endilgó a Scioli un mal manejo de las finanzas provinciales, aunque la Nación se resiste a repartir los fondos que el Congreso votó para las provincias.
Esta situación resulta paradójica en un contexto fiscal por demás delicado en el interior. Según la Fundación Mediterránea, el déficit primario del conjunto rondaría los 16.000 millones. Si se consideran, además, los servicios por pagar por deudas, el desequilibrio neto treparía 32.000 millones en 2012.
Este rojo fiscal podría atemperarse si, además del Programa de Sustentabilidad Fiscal, el Gobierno repartiera íntegramente los recursos millonarios acumulados en el fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Este año acumulará la friolera de 4660 millones de pesos, pero, según el presupuesto 2012, el gobierno nacional sólo distribuirá 366 millones entre las provincias, apenas un 8 por ciento.
El fondo de ATN se creó para "atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros de los gobiernos provinciales". Se nutre del 1% de la masa coparticipable y de aportes automáticos que ceden las provincias de los impuestos a las ganancias y a los bienes personales.
En 2010, cuando lanzó el plan de desendeudamiento, se utilizaron los ATN acumulados desde 2003 hasta esa fecha (que por entonces sumaban 9900 millones de pesos) para aliviar el pago de los pasivos provinciales. Pero cuando aquel plan venció a fines de 2011, el Gobierno prorrogó el plazo de desendeudamiento de las provincias sin decir nada sobre repartir entre ellas los ATN que se vienen acumulando desde 2010 hasta la fecha. Según las estimaciones oficiales, en estos dos años superarían los 4600 millones.
El cálculo, entonces, es simple: si se sumasen el Programa de Sustentabilidad de las Finanzas provinciales y el fondo de ATN, la Nación estaría en condiciones de repartir entre las provincias unos 18.000 millones de pesos previstos en el presupuesto de este año.
"No lo hace sencillamente porque la Nación usa esos fondos de las provincias para tapar su propio déficit, que este año puede trepar los 50.000 millones de pesos -advirtió el diputado radical Oscar Aguad-. La Presidenta hace gala de buena gestión, pero en realidad ésta deja mucho que desear: derrocha 4000 millones en el Fútbol para Todos, mientras que el déficit de Aerolíneas Argentinas y AySA llegará a 7400 millones este año. Mientras exige a las provincias un ajuste en sus gastos, el Gobierno continúa su dispendio, gracias a los recursos que en buena parte ceden las provincias."
Si bien Buenos Aires es la que se halla en la situación más crítica, varios distritos atraviesan serios problemas. Algunos de ellos debieron desdoblar sueldos y aguinaldos, mientras que la mayoría paralizó obras públicas, instrumentó aumentos impositivos y debió endeudarse. En algunas provincias, se registraron despidos de empresas emblemáticas y vieron resentidas sus economías regionales, producto del freno a las importaciones que impuso el Gobierno.
Esta situación obedece a la merma en las transferencias automáticas y discrecionales que realiza la Nación a las provincias como consecuencia de la caída en la recaudación.
Según la Fundación Mediterránea, en el primer semestre las transferencias automáticas crecieron un 23%, cuando lo habían hecho al 31,1% en el primer semestre de 2011. Más grave, las transferencias discrecionales (destinadas a gastos corrientes y de capital) subieron sólo un 14 por ciento.
En este contexto de desaceleración económica, la Nación corre con más ventajas respecto de las provincias, señala la Fundación Mediterránea. Primero, porque puede "pisar" las transferencias discrecionales a provincias y mejorar, así, su propia situación financiera. Además, cuenta con financiamiento compulsivo intrasector público (la Anses y el Banco Central), mientras las provincias deben conseguir sus recursos extras vía endeudamiento, contención del gasto o aumento de impuestos.
Fuente: diario La Nación
La porción mayor de esos fondos se concentra en el Programa de Sustentabilidad de las Finanzas Públicas Provinciales, que en el presupuesto 2012 cuenta con una partida de $ 14.954 millones. Este proyecto fue lanzado como parte del plan de desendeudamiento provincial, que la Presidenta prorrogó el año pasado, y está destinado a financiar aquellos distritos con necesidades de caja. Uno de ellos es Buenos Aires, cuyo gobernador, Daniel Scioli se encuentra en un serio aprieto para afrontar el pago de los aguinaldos a la administración pública provincial; si bien reclamó a la Nación un auxilio extraordinario de 2800 millones de pesos, sólo recibió 1000 millones provenientes de aquel programa de sustentabilidad.
Fuera de este giro, la Nación no hizo ningún otro desembolso a otra provincia en lo que va del año, según confirmaron la consultora Economía y Regiones y legisladores de la oposición.
El retaceo de fondos por parte de la Nación al principal distrito del país agudizó el enfrentamiento político entre la Presidenta y Scioli, exacerbado desde que el mandatario bonaerense sinceró sus ambiciones presidenciales. La Presidenta le endilgó a Scioli un mal manejo de las finanzas provinciales, aunque la Nación se resiste a repartir los fondos que el Congreso votó para las provincias.
Esta situación resulta paradójica en un contexto fiscal por demás delicado en el interior. Según la Fundación Mediterránea, el déficit primario del conjunto rondaría los 16.000 millones. Si se consideran, además, los servicios por pagar por deudas, el desequilibrio neto treparía 32.000 millones en 2012.
Este rojo fiscal podría atemperarse si, además del Programa de Sustentabilidad Fiscal, el Gobierno repartiera íntegramente los recursos millonarios acumulados en el fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Este año acumulará la friolera de 4660 millones de pesos, pero, según el presupuesto 2012, el gobierno nacional sólo distribuirá 366 millones entre las provincias, apenas un 8 por ciento.
El fondo de ATN se creó para "atender situaciones de emergencia y desequilibrios financieros de los gobiernos provinciales". Se nutre del 1% de la masa coparticipable y de aportes automáticos que ceden las provincias de los impuestos a las ganancias y a los bienes personales.
En 2010, cuando lanzó el plan de desendeudamiento, se utilizaron los ATN acumulados desde 2003 hasta esa fecha (que por entonces sumaban 9900 millones de pesos) para aliviar el pago de los pasivos provinciales. Pero cuando aquel plan venció a fines de 2011, el Gobierno prorrogó el plazo de desendeudamiento de las provincias sin decir nada sobre repartir entre ellas los ATN que se vienen acumulando desde 2010 hasta la fecha. Según las estimaciones oficiales, en estos dos años superarían los 4600 millones.
El cálculo, entonces, es simple: si se sumasen el Programa de Sustentabilidad de las Finanzas provinciales y el fondo de ATN, la Nación estaría en condiciones de repartir entre las provincias unos 18.000 millones de pesos previstos en el presupuesto de este año.
"No lo hace sencillamente porque la Nación usa esos fondos de las provincias para tapar su propio déficit, que este año puede trepar los 50.000 millones de pesos -advirtió el diputado radical Oscar Aguad-. La Presidenta hace gala de buena gestión, pero en realidad ésta deja mucho que desear: derrocha 4000 millones en el Fútbol para Todos, mientras que el déficit de Aerolíneas Argentinas y AySA llegará a 7400 millones este año. Mientras exige a las provincias un ajuste en sus gastos, el Gobierno continúa su dispendio, gracias a los recursos que en buena parte ceden las provincias."
Si bien Buenos Aires es la que se halla en la situación más crítica, varios distritos atraviesan serios problemas. Algunos de ellos debieron desdoblar sueldos y aguinaldos, mientras que la mayoría paralizó obras públicas, instrumentó aumentos impositivos y debió endeudarse. En algunas provincias, se registraron despidos de empresas emblemáticas y vieron resentidas sus economías regionales, producto del freno a las importaciones que impuso el Gobierno.
Esta situación obedece a la merma en las transferencias automáticas y discrecionales que realiza la Nación a las provincias como consecuencia de la caída en la recaudación.
Según la Fundación Mediterránea, en el primer semestre las transferencias automáticas crecieron un 23%, cuando lo habían hecho al 31,1% en el primer semestre de 2011. Más grave, las transferencias discrecionales (destinadas a gastos corrientes y de capital) subieron sólo un 14 por ciento.
En este contexto de desaceleración económica, la Nación corre con más ventajas respecto de las provincias, señala la Fundación Mediterránea. Primero, porque puede "pisar" las transferencias discrecionales a provincias y mejorar, así, su propia situación financiera. Además, cuenta con financiamiento compulsivo intrasector público (la Anses y el Banco Central), mientras las provincias deben conseguir sus recursos extras vía endeudamiento, contención del gasto o aumento de impuestos.
Fuente: diario La Nación
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