El primer envío será antes de Navidad y el resto en 2010; la retirada comenzaría en julio de 2011; "Está en juego la seguridad común del mundo", aseguró el presidente estadounidense
La misión principal será revertir los avances del Talibán e imponer la seguridad en los centros poblados del sur y el este del país Foto: AFP
NUEVA YORK.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que este mes comenzará el despliegue de 30.000 soldados más en Afganistán, y que la retirada está planeada para julio de 2011.
En el discurso que dio esta noche en la Academia Militar de West Point, Nueva York, Obama indicó que los soldados, que se sumarán a los cerca de 68.000 que Estados Unidos ya mantiene en Afganistán, tendrán como misión atajar la insurgencia y proporcionar seguridad a centros de población claves.
"Como comandante en jefe, he determinado que el envío de 30.000 efectivos adicionales a Afganistán es vital para los intereses de nuestra nación. Después de 18 meses, nuestras tropas comenzarán el regreso a casa", dijo a los soldados presentes.
El presidente estadounidense remarcó que el refuerzo de tropas en Afganistán tiene tres objetivos: el entrenamiento de una tropa afgana, la lucha contra la corrupción en ese país y la formación de una "alianza efectiva" con Paquistán.
"Van a entrenar a una fuerza competente en Alfganistán, que van a ser los aliados y van a crear las condiciones para que Estados Unidos transmitiera los objetivos a los afganos", dijo el presidente norteamericano. "Debe ser claro para el gobierno y el pueblo afgano que ellos son responsables de ese país", agregó.
Respecto a la estabilización del gobierno afgano, Obama manifestó: "Los días de darle cheque en blanco ya pasaron. El presidente, Hamid Karzai, ya comenzó en una nueva dirección. Vamos a apoyar ministerios y gobernadores afganos contra la corrupción."
Obama continuó: "Estados Unidos quiere ponerle fin a esta era de sufrimiento del pueblo afgano. Buscaremos una alianza con Afganistán basada en el respeto mutuo, para forjar una amistad perdurable para que Estados Unidos sea su socio y no su patrón."
Obama afirmó que esta decisión no la tomó "a la ligera". "Estoy convencido de que nuestra seguridad está en juego en Afganistán y Paquistán. Este no es un peligro teórico; es el epicentro del extremismo violento practicado por Al Qaeda", dijo.
Cooperación. "Debemos unirnos para ponerle fin a esta guerra exitosamente -expresó Obama-. "Lo que está en juego no es simplemente una prueba de la credibilidad de la OTAN. Lo que está en juego es la seguridad de nuestros aliados y la seguridad común del mundo".
En ese sentido, Obama dijo que confía que los aliados de Estados Unidos también envíen refuerzos: "Algunos han aportado ya tropas adicionales y tenemos confianza en que habrá nuevas contribuciones en los próximos días y semanas".
Torres gemelas. "Es importante recordar porqué Estados Unidos se vio obligado a combatir esta guerra en Afganistán", dijo Obama. "Nosotros no pedimos esta guerra", añadió el presidente, quien rememoró los ataques de setiembre de 2001, que dejaron unos 3000 muertos.
Los aviones secuestrados por un grupo de extremistas islámicos fueron utilizados como misiles contra "nuestros centros vitales militares y económicos", señaló, y "tomaron las vidas de hombres, mujeres y niños inocentes sin distinción de raza o religión".
"Como sabemos, esos hombres pertenecían a Al Qaeda", dijo Obama en referencia a los secuestradores. El presidente afirmó que, en aquel momento, "la base de operaciones de Al Qaeda estaba en Afganistán".
El anuncio. Los 30.000 efectivos nuevos elevarán el total en Afganistán a más de 100.000. La misión principal será revertir los avances del Talibán e imponer la seguridad en los centros poblados del sur y el este del país.
El camino para la salida de Afganistán será el entrenamiento de las fuerzas policiales y de seguridad afganas. El principal cometido de los refuerzos será alterar los avances del Talibán y asegurar los centros poblacionales en el sur y este del país.
Los 30.000 refuerzos, 10.000 menos del mínimo solicitado por el comandante de la fuerza expedicionaria en esa nación asiática, situará en 100.000 el número de fuerzas estadounidenses en Afganistán.
Los refuerzos, formados por infantería de marina, la fuerza de choque del ejército estadounidense, comenzarán a llegar en cuanto el presidente formule el anuncio y todos ellos quedarán emplazados para el próximo año.
Obama intentará convencer al público estadounidense de las bondades de este nuevo plan más costoso y mayor y destacará que el entrenamiento de la policía y los soldados afganos permitirá eventualmente la retirada de los norteamericanos.
Los refuerzos iban a ser enviados de forma escalonada a lo largo de un año, e incluso más tiempo, debido a los emplazamientos de fuerzas expedicionarias en Irak y otros lugares hace logísticamente difícil, si no imposible, hacerlo antes. Empero, Obama ordenó al alto mando que acelere el envío de refuerzos a Afganistán, dijo el funcionario, que no quiso ser identificado porque el anuncio no ha sido oficialmente formulado.
Los mandos militares dijeron que por lo menos un destacamento de marines será enviado entre dos y tres semanas del anuncio que formule Obama, y llegará a Afganistán para Navidades. El resto de la fuerza será enviada de forma escalonada hasta principios del 2010.
Tropas. Los 112.000 soldados extranjeros presentes en Afganistán pertenecen a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN y a la coalición bajo mando norteamericano de la operación "Enduring Freedom" que derrocó a los talibanes a fines de 2001.
Estados Unidos, con 70.000 soldados, es el país que aporta más tropas, repartidas entre la ISAF y la operación "Enduring Freedom", ambas bajo el mando del general norteamericano Stanley McChrystal.
En la ISAF participan 43 países, entre ellos los 26 miembros de la OTAN, con un total de 71.030 militares.
Agencias AFP, EFE, Reuters y AP
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