Representa la mitad del PBI y supera en más de u$s35.000 millones al total de la deuda externa. En el tercer trimestre de 2009 aumentó en u$s2.755 M, pese a que se atenuó la salida de capitales
Después de la drástica baja de u$s8.321 millones que el Indec detectó en los últimos tres meses de 2008, cuando la gravedad de la crisis financiera golpeó duramente al valor de los activos, tanto líquidos como inmuebles, en particular los radicados en el resto del mundo, se asistió a una sostenido reatesoramiento de divisas fuera del sistema financiero local.
Los últimos datos que surgen del balance de pagos que difundió el Indec dieron cuenta de que por cuarto trimestre consecutivo el sector financiero mantuvo la política de reducción de su exposición fuera del circuito institucional local, ante la alta volatilidad que se desparramó por los principales mercados del resto del mundo y las necesidades de fortalecer sus estados contables locales. Sin embargo, se trata de una partida insignificante, con u$s3.873 M, respecto de la que tienen las empresas privadas y familias residentes en el país.
Es justamente en esa franja, en que la revaluación parcial de las tenencias en bienes muebles, inmuebles, colocaciones financieras y atesoramiento de divisas en cajas de seguridad y de los hogares, posibilitaron recuperar las pérdidas anotadas en los primeros tres meses del año, al punto que el Indec estimó que a fines de septiembre sumaron el equivalente a u$s159.072 M.
Lejos de confiscaciones
Ese monto, que en su mayor parte corresponde a "activos líquidos no sujetos a renta", que algunos economistas arriesgan en estimar que superan los u$s60.000 M y que están guardados en dólares billetes, euros y otras monedas en cofres en los bancos y en los propios hogares, superó en u$s3.400 M el stock proyectado al cierre del primer semestre y en u$s2.052 M al "pico" anotado a fines de septiembre del año anterior.
Se trata de un claro indicador de "desconfianza" en el país, que se atribuye al deterioro de las instituciones por los reiterados cambios en las reglas de juego, la persistencia de controles de precios, las limitaciones a las importaciones por parte de quienes no generan divisas con la exportación, el aumento de la presión tributaria, tanto en el orden nacional como provincial y municipal y el clima de confrontación, por oposición a la búsqueda de consensos para poder transformar los efectos de la crisis externa en oportunidades de crecimiento generalizado a todos los sectores de actividad. (Fuente: Infobae.com)
Los últimos datos que surgen del balance de pagos que difundió el Indec dieron cuenta de que por cuarto trimestre consecutivo el sector financiero mantuvo la política de reducción de su exposición fuera del circuito institucional local, ante la alta volatilidad que se desparramó por los principales mercados del resto del mundo y las necesidades de fortalecer sus estados contables locales. Sin embargo, se trata de una partida insignificante, con u$s3.873 M, respecto de la que tienen las empresas privadas y familias residentes en el país.
Es justamente en esa franja, en que la revaluación parcial de las tenencias en bienes muebles, inmuebles, colocaciones financieras y atesoramiento de divisas en cajas de seguridad y de los hogares, posibilitaron recuperar las pérdidas anotadas en los primeros tres meses del año, al punto que el Indec estimó que a fines de septiembre sumaron el equivalente a u$s159.072 M.
Lejos de confiscaciones
Ese monto, que en su mayor parte corresponde a "activos líquidos no sujetos a renta", que algunos economistas arriesgan en estimar que superan los u$s60.000 M y que están guardados en dólares billetes, euros y otras monedas en cofres en los bancos y en los propios hogares, superó en u$s3.400 M el stock proyectado al cierre del primer semestre y en u$s2.052 M al "pico" anotado a fines de septiembre del año anterior.
Se trata de un claro indicador de "desconfianza" en el país, que se atribuye al deterioro de las instituciones por los reiterados cambios en las reglas de juego, la persistencia de controles de precios, las limitaciones a las importaciones por parte de quienes no generan divisas con la exportación, el aumento de la presión tributaria, tanto en el orden nacional como provincial y municipal y el clima de confrontación, por oposición a la búsqueda de consensos para poder transformar los efectos de la crisis externa en oportunidades de crecimiento generalizado a todos los sectores de actividad. (Fuente: Infobae.com)
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