El banquero y diputado nacional defiende el modelo económico del gobierno nacional, pero reclama fuertes reformas impositivas Carlos Heller dice que no es K. Pero se rehúsa a sumarse a la oposición que “siempre se ubica en la vereda de enfrente”. Promete que como diputado impulsará una nueva ley de entidades financieras.
Banquero. Carlos Heller cambiará su oficina del Credicoop por un despacho del edificio anexo de la Cámara de Diputados.
El diputado Carlos Heller no quiere etiquetas. Rechaza que lo encasillen en uno de los dos polos: oficialismo u oposición. Aunque se ocupa de recordar que Néstor Kirchner participó del cierre de la última campaña electoral en la ciudad, el presidente del Banco Credicoop afirma que eso no lo ubica en el “lado oficialista que siempre tiene que buscar argumentos para estar de acuerdo”. En diálogo con Crítica de la Argentina, cuestiona el papel que cumple el centroizquierda que lidera Pino Solanas aunque aspira a trabajar en conjunto. Defiende la política económica del gobierno nacional, aunque sostiene que debe implementarse una reforma fiscal progresiva que grave las rentas financiera, minera y petrolera. Promete que durante su mandato en el Congreso impulsará una nueva ley de entidades financieras que permita utilizar las herramientas del sistema bancario para el desarrollo de las fuerzas productivas.
–¿Se va a aliar con el oficialismo en el Congreso?
–Con Martín Sabbatella, Jorge Rivas, Daniel Basteiro y Vilma Ibarra formamos el bloque del Nuevo Encuentro Popular y Solidario. Queremos construir un espacio autónomo e independiente. Y esa independencia no nos pone ni desde el lado oficialista, que siempre tiene que buscar los argumentos para estar de acuerdo, ni desde la oposición, que siempre, sin importar lo que se trate, se va a ubicar en la vereda de enfrente.
–Pero Kirchner participó en el acto del cierre de campaña.
–Kirchner con nosotros se portó muy bien. No se metió en la campaña y vino a las dos actividades que le pedimos. Formamos parte de una coalición de la que formaba parte el kirchnerismo, pero eso no me transforma a mí en oficialista. Nosotros estamos dispuestos a trabajar en común con todos los que tengamos coincidencias.
–¿Buscará acuerdos con sectores de centroizquierda que son más críticos del Gobierno como Proyecto Sur o Solidaridad e Igualdad?
–Aspiramos a llegar a un acuerdo y poder trabajar juntos. En la sesión preparatoria del Congreso ellos se sumaron al autodefinido grupo A con la Coalición Cívica y el PRO, entre otros. Nosotros tenemos en el claro que nunca vamos a querer estar en el bloque A. Imagino que por la ley de entidades financiera los espacios de izquierda van a estar más de acuerdo que con el PRO o la Coalición Cívica.
–¿En qué consistiría una nueva ley de entidades financieras?
–El sistema financiero es tan importante que no puede estar en manos del mercado. El sistema tiene que basarse en utilizar las herramientas financieras para el desarrollo de las fuerzas productivas. La gente se queja de que los bancos no prestan y que los servicios son caros. Hay que cambiar las reglas. Si no tienen regulación, los bancos prefieren prestarle a gente para que se compre equipos de audio, LCD en lugar de prestarle a una pyme para que se compre un torno. Tiene que haber capacidades para orientar el crédito y establecer segmentos de cartera. Por ejemplo, determinar que una porción tiene que destinarse a economías regionales, otra a las pymes, etcétera.
–¿Cuentan con el apoyo del oficialismo para ese proyecto? En un momento se manifestaron a favor pero luego plantearon dudas.
–El día de la sesión inaugural charlé con Néstor. Pareció interesado y quedamos en juntarnos. Si el Gobierno es consecuente, los argumentos planteados para elaborar una nueva ley de medios audiovisuales son absolutamente válidos para entender la necesidad de una ley de entidades financieras. Tienen la misma autoría, la misma filosofía y datan del tiempo.
–¿La reforma despertaría demasiados reclamos de los bancos como hizo la Ley de Radiodifusión con los grupos mediáticos?
–Los bancos comerciales, al igual que las empresas, cuanto menos regulaciones tienen mejor están. La regulación te limita y te obliga, entonces los empresarios te hablan del mercado y así le ha ido al mundo. Al mercado hay que regularlo. Nadie dice que no tiene que haber competencia ni que todo deba estar puesto en casilleros. Pero esa competencia debe darse dentro de ciertas reglas, y esas reglas deben estar contenidas en el interés público y no sólo en el interés del negocio bancario. Al igual que el Estado les da una concesión a las escuelas, les da una concesión a los bancos para que capten ahorros de terceros. Partimos de la base de que es un servicio, entonces te dan una concesión para que vos lo administres y lo utilices de una determinada manera.
–¿Por qué los bancos tienen liquidez y no dan préstamos?
–No hay ningún banco que no tenga una amplísima oferta de crédito, pero la oferta es poco atractiva y no hay demanda de crédito. En 2009, los créditos del Banco Nación y los nuestros fueron los que más crecieron, porque hay una vocación de ganar menos. Pero yendo al caso de los créditos a las viviendas, el primer problema es el enorme desfase entre lo que la gente gana y el costo de las viviendas.
–¿Cómo puede funcionar un país con tan poco crédito?
–La economía no puede avanzar sin un importante aporte al desarrollo de las actividades y al consumo. Hoy en la Argentina los préstamos representan el 12% del PBI, mientras que en Brasil llega al 30% y en Chile, al 80%.
–¿El modelo económico es sólido?
–Si algo está bien planteado, son los fundamentales de la economía. Hay un tipo de cambio competitivo, un excelente manejo del tipo de cambio multilateral, un superávit de la balanza comercial sostenido, que este año sería de 16.700 millones de dólares, una alta posición de las reservas y un superávit fiscal que durante este año descendió pero el horizonte para 2010 es positivo. Según los economistas del Banco, estimamos que el PBI va a crecer entre 4 y 5 por ciento el año que viene.
–Pero el modelo está basado en las exportaciones de soja.
–Para la Argentina, el sector agropecuario equivale al petróleo para Venezuela, al cobre para Chile o al gas para Bolivia. Entonces ahí tenemos que prestarle más atención.
–¿Hubo una distribución del ingreso después que el país creciera durante años a tasas chinas?
–Sí. Dos millones de personas que no tenían acceso a la jubilación y ahora la tienen. Se crearon cinco millones de puestos de trabajo que no existían. Los salarios en términos reales de los trabajadores en blanco crecieron. Todo eso es distribución del ingreso. Pero aún es insuficiente.
–El INDEC reconoció hace que la distribución empeoró en comparación con 2007.
–Eso es chicanear, porque si comparás 2008 contra 2003 mejoró. En 2003 la pobreza superaba el 50%, mientras que ahora hay más de 20%. Sigue siendo mucho, y tiene que ser cero.
–¿Qué medidas deberían tomarse para mejorar la situación de los más desfavorecidos?
–Una reforma impositiva. Eliminar impuestos distorsivos y gravar lo gravable, como la renta financiera, la minería, la herencia.
–¿Los plazos fijos estarían incluidos?
–No, cuando pienso en la renta financiera me refiero a grandes operaciones que están exentas y que sirven más para engordar la recaudación.
–¿Se puede bajar el IVA?
–Es complicado porque hay que complementarlo con otras medidas para que la caída del IVA no se la quede el empresario. Por ejemplo, ahora se dio la asignación universal, que es un éxito, y se les dio el aguinaldo a los jubilados. Pero si eso se traduce en aumentos de precios termina siendo una transferencia de recursos a los empresarios. Entonces, junto con mejorar los ingresos, hay que tener políticas de precios.
–Entonces Moreno no está haciendo bien su trabajo porque los precios están aumentando...
–No tengo ninguna duda de que los precios no suben por culpa del INDEC. El INDEC puede medir bien o mal, pero no tiene la culpa del aumento de precios. Eso es responsabilidad de los formadores de precios.
“El petróleo, en manos del Estado”
–¿El Gobierno cometió un error con la resolución 125?
–Cuando salió, nosotros dijimos que estábamos de acuerdo con que se grave porque se trataba de una renta extraordinaria que era un patrimonio del conjunto de la sociedad y no de un grupo. Pero se equivocaron al tratar por igual a los productores grandes y a los chicos. Lo mismo sucede con el petróleo, que, independientemente de cuánto cuesta afuera, el exportador se queda con 42 dólares. En este caso, lo lógico sería que la explotación fuese de la Nación y no que esté en manos privadas.
–Entonces está de acuerdo con Pino Solanas.
–La actividad petrolera debería estar en manos del Estado, pero creo que Pino Solanas maneja algunos datos que no son ajustados a la realidad y son exagerados. Cuando habla de la renta petrolera, no tiene en cuenta lo que pagan por las retenciones, el Impuesto a las Ganancias, las regalías.
–¿Hay que recuperar YPF?
–Los recursos naturales deben ser explotados por el Estado. Pero en las condiciones actuales hay que discutir si el Estado está en condiciones de hacerlo, porque Chávez nacionalizó Techint pero lo indemnizó. Entonces, para recuperar YPF se debería analizar si la Argentina cuenta con los recursos suficientes.
INDEC, transparencia y percepción
–La oposición está trabajando en consensuar un proyecto único para normalizar la situación del INDEC. ¿Se ve debatiendo en el Parlamento con Kirchner por la situación del organismo?
–No me encasillen ni como oficialista ni como opositor sino como autónomo. Nosotros vamos a debatir cada uno de los proyectos y no nos va a temblar el pulso en apoyar al Gobiernos si nos dicen oficialistas, ni tampoco en votar en contra si nos dicen opositores. Nosotros vamos a llevar nuestra propia agenda y no puedo opinar sobre un proyecto que no conozco. Si se trata de mejorar la transparencia de los instrumentos voy a estar de acuerdo.
–¿Qué debería hacerse con el INDEC?
–El INDEC tiene que ser como el Servicio Meteorogólico: nadie discute la temperatura. Hay que tomar medidas para rodear de la mayor intangibilidad posible al organismo para no cuestionar sus resultados. Independientemente de que mida bien o mal, si la percepción es que mide mal, entonces hay que hacer algo para que se perciba que mide bien.Fuente: Crítica Digital
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