(Fuente: El Ancasti)
Nada estuvo fuera de lo previsto. El fugaz desembarco en Catamarca del cineasta, líder político de Proyecto Sur y diputado nacional electo por ese espacio, Fernando Pino Solanas, se ajustó casi milimétricamente a lo que todos imaginaban: fue crítico con la minería a cielo abierto, se defendió de los cuestionamientos provenientes de los sectores "pro mineros" por su documental Oro Impuro, fustigó duramente al gobernador Eduardo Brizuela del Moral, de quien dijo que no ha sabido garantizar la paz social de la provincia -para lo cual le vino a pedir de boca la jornada llena de piquetes y protestas varias que se vivió el jueves-, y de paso aprovechó para sumar adeptos locales a su proyecto político. Pero también resultaron previsibles las evasivas que tuvo cuando la prensa lo interrogó acerca de por qué no ha puesto el mismo interés que tuvo respecto a los supuestos efectos ambientales nocivos de la minería catamarqueña con el Riachuelo en Capital Federal, es decir, con un foco de contaminación indiscutido que recorre el distrito donde él vive y por el que fue elegido diputado nacional. "El tema está en todos mis proyectos", se defendió Solanas. Sin embargo, está claro que no ha demostrado el mismo entusiasmo en retratar la podredumbre que se respira en ese lugar, donde numerosas empresas derraman sus desechos tóxicos sin ningún control y en cuyas inmediaciones viven miles de habitantes. Será quizás que resulta más cómodo, desde el punto de vista político, hablar de lo que sucede en otras fronteras y no mirar la miseria a la vuelta de la esquina.
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Con todo, Pino Solanas ha dicho cosas razonables, aunque no son nada novedosas. Por caso: "La miseria estructural de Catamarca no se modificó después de 18 años"; "lo que no explica el Gobernador es cómo, después de 13 años de gran minería, su provincia sigue siendo una de las más pobres de la república. ¿Qué pasó con todo ese oro derramado?", señaló entre otras consideraciones. En verdad, uno de los grandes temas aún no resueltos de la provincia, cabe insistir, sigue siendo cómo traducir en indicadores socioeconómicos concretos el abundante flujo de recursos que recibió en los últimos años las arcas del Estado de parte de la minería. Con otros términos, lo que sigue faltando es trasladar esa riqueza al desarrollo social. Por otro lado, como también consignó este diario recientemente, resulta incomprensible que en la última década sólo se haya desarrollado un único proyecto minero de envergadura, a pesar de las numerosas áreas susceptibles de ser explotadas en el territorio provincial. Tal realidad desnuda un claro déficit de gestión minera con una perspectiva empresaria de mayor alcance.
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Justamente, la falta de posibilidades de dar respuesta a reclamos de todo tipo que se extienden a lo largo del territorio de la provincia es fruto de estas deficiencias de gestión. Cuando el dinero entraba a raudales, se lo gastó en forma caótica y nadie se detuvo a pensar en la situación que sobrevendría cuando la bonanza concluyera. No hay forma ahora de sostener el nivel de gastos comprometidos. El Gobierno, asfixiado, asfixia a su vez a los municipios con el retaceo de recursos. Y en la base de la pirámide, el impacto social traducido en la pérdida de poder adquisitivo de los salarios conjugada con la imposibilidad de aumentarlos o, lo más grave, el drama del desempleo. Esta imprevisión, la falta de prudencia para administrar el erario, lesionó seriamente la autoridad política gubernamental para salir al cruce de las exigencias de los empleados públicos. Para ilustrar el irracional criterio con que se invirtieron las fortunas que recaudó Catamarca por diversas vías entre 2004 y 2007, basta consignar que se gastaron millones en hosterías económicamente inviables, de cuya explotación nadie quiere hacerse cargo, mientras problemas infraestructurales básicos como la energía y el agua potable continúan irresueltos. El costo político comienza ya a impactar sobre el propio Brizuela del Moral, cuya libertad para moverse se ve limitada en los últimos tiempos por un fenómeno del que nunca antes fue blanco en forma personal: escraches, piquetes y manifestaciones.
1 comentario:
Pino Solanas tiene toda la razón.
No se trata solamente del SAQUEO, por el cual Minera Alumbrera, gana por año libre de polvo y paja, alrededor de 1.800 millones de dólares.
Se trata que todos los andalgalenses estamos expuestos cada minuto a las radiaciones del URANIO, TORIO Y ESTRONCIO que la mina está diseminando por todo Andalgalá y alrededores. Si esto sigue vamos a morir como moscas de CANCER, LEUCEMIA, ENFERMEDES NEUROLOGICAS, ETC.
Que el pueblo de Andalgalá se entere. NUESTRO FUTURO ES NEGRO, NOSOTROS PONEMOS EL CUERPO Y LA VIDA, Y EL BENEFICIO SANGRIENTO SE LO LLEVAN OTROS.
Por si fuera poco, ahí está Agua Rica, cuya explotación significará la desaparición de Andalgalá.
Para el que tengan dudas que averiguen cuántos muertos por cáncer solamente hubo en Andalgalá y después me cuentan.
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