El Impuesto a las Ganancias ocasionó el conflicto más grave de este momento. El Centro de Capitanes de Ultramar está por dejar sin abastecimiento de combustibles a las grandes ciudades y al campo, y puede dejar sin electricidad a vastas zonas porque hay centrales térmicas que están en niveles críticos de diesel. El paro se inició hace dos semanas porque los capitanes reclamaron que se solucione con un aumento salarial del 40%, el recorte del 50% que sufre su sueldo por el pago del Impuesto a las Ganancias. Los capitanes ganan más de $ 30 mil mensuales y ahora exigen, que se los compense con más francos además de una mejora en los haberes. Hasta ahora tienen 5 días de franco por cada 10 que navegan. Solicitan que esos francos sean de 8 días cada 10 de navegación. Las banderas internacionales tienen entre 2 días y 2,5 días de franco para el mismo período de navegación.
Aunque no lo mencionan, los capitanes son víctimas de sus propias iniciativas. Para obtener más beneficios laborales, consiguieron que en 2004, Néstor Kirchner decretara la obligación de los buques nacionales de utilizar bandera argentina. Hasta ese momento, podían utilizar la bandera de conveniencia. De esta manera, quedaron sujetos a los convenios locales que son más flexibles. Pero si bien consiguieron más francos, los descuentos que ahora tienen más que duplican los que tendrían si volvieran a las antiguas banderas internacionales. Otro dato curioso es que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no puede mediar en el conflicto porque fue abogado de los capitanes. Los armadores advirtieron que si ceden al reclamo salarial, deberán aumentar considerablemente los fletes, algo que las petroleras como Petrobras no están dispuestas a aceptar porque tendrían que trasladarlo al precio de los combustibles. Los capitanes recibieron recientemente un aumento salarial del 16,5% que los elevó a la categoría más alta para el descuento del Impuesto a las Ganancias.
El paro ya está afectando las cargas de crudo en lugares clave como la monoboya de Termap en Caleta Olivia y en Caleta Córdova. En pocos días más podría quedar paralizada la producción de petróleo en Santa Cruz y Comodoro Rivadavia. El crudo va a refinerías donde se transforma en combustible que luego se bombea por poliductos a las plantas de almacenamiento para su distribución. (Ambito Financiero, El Cronista, La Nación, Clarín, Página 12, Bae; Buenos Aires, 02/10/09)
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