El Delegado Polo Álvarez, al llegar al lugar, se dio con la triste novedad de que las oficinas habían sido víctima de la ola de robos, que dejó como saldo la sustracción de dos computadoras, una de escritorio y otra todo en uno, una impresora, cartuchos y tarjetas telefónicas. Para perpetrar el hecho, el o los delincuentes, terminaron lastimándose profundamente ya que la sangre estaba en la puerta de ingreso dentro de las oficinas y en el pasillo que conduce hacia la calle.
Aparentemente el robo no fue tan solo en dichas oficinas sino que también se extendió a un local comercial de ropa, también sobre la misma calle Núñez del Prado, al que le rompieron la vidriera y se llevaron indumentaria.
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