Toda una cruzada solidaria es lo que han organizado Barrick, Un Techo para Chile y Pacto Global de Naciones Unidas para apoyar a la municipalidad chilena de Vichuquén en el auxilio, reconstrucción y rehabilitación de Llico, Boyeruca y el pueblo de Vichuquén, localidades costeras de la Región del Maule.
Las tres entidades se han coordinado para desplegar un plan de ayuda a esas localidades que contempla medidas de corto, mediano y largo plazo, y que ya están en plena ejecución. A principios de la semana pasada, se coordinó la donación de un conjunto de 8.000 litros de agua, colchones, almohadas y frazadas para habilitar albergues, mientras que este último fin de semana se dio el primer paso para la reconstrucción.
En total, fueron 250 voluntarios los que participaron en la construcción de 40 viviendas de emergencia este sábado y domingo, en una acción que contempla el emplazamiento final de 200 viviendas en las localidades. Los voluntarios provenían tanto de Un Techo para Chile, como de trabajadores de Barrick y familias, además de universitarios congregados por Pacto Global de Naciones Unidas.
“Decidimos sumarnos a esta cruzada porque se trata de un plan integral, que auxilia a la comunidad no sólo con lo inmediato, sino con medidas de mediano y largo plazo, con el objetivo de contribuir a que estas poblaciones vayan recuperando la normalidad. Como compañía, debíamos estar presentes y así lo hicimos con trabajadores de Zaldívar, Veladero, Pascua-Lama, de Vallenar, La Serena, Copiapó y de la oficina de Santiago”, afirmó el gerente de asuntos corporativos de Barrick Chile, Rodrigo Rivas.
Parte de la integralidad con que se está trabajando el plan se encuentra en las características técnicas de las viviendas que se están construyendo, y que incorporan mejoras al impermeabilizarlas externamente y aplicar aislación interna, de manera de que puedan resistir las características climáticas de la zona y la pronta llegada del invierno.
Luego, y pensando en el largo plazo, la compañía cuenta con un proyecto para contribuir a la reconstrucción de la zona y al desarrollo futuro de sus habitantes, una vez superada la emergencia.
El pueblo de Vichuquén es una localidad declarada Zona Típica por su llamativo patrimonio arquitectónico, con vestigios de la colonia y de asentamientos precolombinos, y que sufrió profundos derrumbes como consecuencia del terremoto. Llico y Boyeruca, en tanto, son pequeñas caletas con pescadores que vieron devastadas no sólo sus viviendas sino su fuente productiva como consecuencia del maremoto que arrasó la zona el pasado 27 de febrero. (El Pregón Minero)
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