Dios o la Providencia; o, si se prefiere, la buena suerte, hacen
que Catamarca se encuentre con nuevas oportunidades para salir de sus
frustraciones en materia de desarrollo, esto con intervalos establecidos
según designios vedados al conocimiento humano. Se trata de ocasiones
de tanta fuerza positiva, que hasta los más escépticos salen de sus
cavernas para proclamar la singularidad de los nuevos días.
Pero, por otro lado, el diablo o la mala suerte se empeñan en convertir esas sucesivas gracias en fuentes de derroche, discordia y corrupción, de modo que, "lo comido por lo servido", como dice el refrán, esto es, la provincia retorna a su situación "normal", ni siquiera dispuesta a prepararse para no dejar escapar la oportunidad siguiente que será difícil de asir, como enseña ese otro decir popular que advierte que "a la ocasión la pintan calva”.
No hace falta aquí hacer referencia a aquellas "gauchadas” presuntamente extrahumanas, que aparecen en cuanto se mira hacia el pasado con afán de explicaciones para el presente de la provincia. Empezando por la prodigiosa presencia de la Virgen del Valle, que no fue -claro que no por maldad suya animadora de una sociedad floreciente-, puede hacerse referencia a providencias como el dique Las Pirquitas, que se construyó para hacer del Valle Central un polo de desarrollo agrícola; a los otros diques del Este, de la época del frondizismo; a la colonización de la zona conocida como Nueva Coneta, a la explotación de Farallón Negro y ahora de La Alumbrera y a la revolución agroindustrial de los olivares y las fábricas posibilitada por las políticas impositivas promotoras, actualmente en peligro de extinguirse.
Y, tal vez, "para que las Escrituras se cumplan", ya está anunciada la producción de baterías de litio en Catamarca -también en Jujuy y Salta-, una actividad que no enciende expectativas del tamaño de las de la producción minera, quizá, pero que habla de la posibilidad de trabajo genuino en unos tiempos en que la ocupación no está al alcance de todos, ni mucho menos.
Como se sabe, Catamarca es la tercera productora de litio en el mundo con una producción de 150 mil toneladas anuales, y las baterías son objeto de demanda creciente por su importancia para la tecnología del presente y del futuro. El proyecto indica que se contará con el respaldo del Conicet y la Comisión Nacional de Energía Atómica que tendrá el apoyo del Ministerio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Por lo informado, ya existe un amplio mercado para la futura producción, pues las baterías son reclamadas por la Nación para las computadoras de su programa Conectar Igualdad. No es dato menor el que señala que esta demanda es urgente, por lo que puede inferirse que las plantas fabriles se construirán de inmediato.
Habrá que esperar que, cualquiera sea la envergadura de la nueva oportunidad, sirva verdaderamente a la provincia para su crecimiento y desarrollo integral.
Catamarca aparece, junto a Jujuy y Salta, como destinataria de un
proyecto nacional para la fabricación de baterías de litio para las
computadoras del Programa Conectar Igualdad.Pero, por otro lado, el diablo o la mala suerte se empeñan en convertir esas sucesivas gracias en fuentes de derroche, discordia y corrupción, de modo que, "lo comido por lo servido", como dice el refrán, esto es, la provincia retorna a su situación "normal", ni siquiera dispuesta a prepararse para no dejar escapar la oportunidad siguiente que será difícil de asir, como enseña ese otro decir popular que advierte que "a la ocasión la pintan calva”.
No hace falta aquí hacer referencia a aquellas "gauchadas” presuntamente extrahumanas, que aparecen en cuanto se mira hacia el pasado con afán de explicaciones para el presente de la provincia. Empezando por la prodigiosa presencia de la Virgen del Valle, que no fue -claro que no por maldad suya animadora de una sociedad floreciente-, puede hacerse referencia a providencias como el dique Las Pirquitas, que se construyó para hacer del Valle Central un polo de desarrollo agrícola; a los otros diques del Este, de la época del frondizismo; a la colonización de la zona conocida como Nueva Coneta, a la explotación de Farallón Negro y ahora de La Alumbrera y a la revolución agroindustrial de los olivares y las fábricas posibilitada por las políticas impositivas promotoras, actualmente en peligro de extinguirse.
Y, tal vez, "para que las Escrituras se cumplan", ya está anunciada la producción de baterías de litio en Catamarca -también en Jujuy y Salta-, una actividad que no enciende expectativas del tamaño de las de la producción minera, quizá, pero que habla de la posibilidad de trabajo genuino en unos tiempos en que la ocupación no está al alcance de todos, ni mucho menos.
Como se sabe, Catamarca es la tercera productora de litio en el mundo con una producción de 150 mil toneladas anuales, y las baterías son objeto de demanda creciente por su importancia para la tecnología del presente y del futuro. El proyecto indica que se contará con el respaldo del Conicet y la Comisión Nacional de Energía Atómica que tendrá el apoyo del Ministerio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Por lo informado, ya existe un amplio mercado para la futura producción, pues las baterías son reclamadas por la Nación para las computadoras de su programa Conectar Igualdad. No es dato menor el que señala que esta demanda es urgente, por lo que puede inferirse que las plantas fabriles se construirán de inmediato.
Habrá que esperar que, cualquiera sea la envergadura de la nueva oportunidad, sirva verdaderamente a la provincia para su crecimiento y desarrollo integral.
Fuente: El Ancasti
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