martes, 1 de septiembre de 2009

Provinciales: ECONOMIA - La amenaza de emitir bonos

Los bonos se convirtieron en una amenaza efectiva para las provincias. Apenas un día después de que Córdoba hiciera pública su intención de emitir una moneda propia para destrabar una situación fiscal más que comprometida, llegaron los ansiados fondos del Tesoro Nacional.

Tener a las provincias con la soga al cuello, especialmente a las gobernadas por la oposición, puede convertirse en un juego peligroso y un arma de doble filo para el Gobierno. Tierra del Fuego ejerció presiones similares para conseguir un adelanto de la coparticipación y es la segunda vez que Córdoba empleó el mismo mecanismo. La anterior ocasión fue a comienzos de año cuando explotó la crisis en el sistema previsional en la provincia.
El resultado de este tire y afloje no fue fortuito sino la consecuencia de una estructura tributaria de dependencia creciente en los últimos años. El reparto pasó de un promedio de 60% y 40% para Nación y provincias respectivamente en el promedio de la década de los noventa, a menos de 70% y 30% en la era K, y la diferencia se amplía al considerar las transferencias discrecionales para obras de infraestructura.
Al igual que la concentración empresaria en diversos sectores, la dependencia fiscal de las provincias se mantuvo bajo el amparo del Gobierno y cómo un bumerán ambas le juegan hoy en contra.
La estrategia política de beneficiar a los gobernadores aliados con más fondos fue una constante. Si a esto se suma la reestructuración de la deuda provincial que convirtió a la Nación en el principal acreedor de las provincias, la dependencia es aún mayor. Mediante estos mecanismos el Gobierno mantuvo un férreo control de las finanzas provinciales en épocas de vacas gordas y comparte también la responsabilidad del deterioro actual con los diferentes distritos.
Los giros concretados ayer podrían incentivar a otras provincias a seguir el mismo camino que Córdoba: los fondos sólo llegaron cuando el gobernador Juan Schiaretti advirtió por escrito a la Presidenta que podría imprimir cuasimonedas.
Pero a pesar de las amenazas es difícil que se emitan cuasimonedas. Por un lado, a diferencia de la época de convertibilidad, siempre es posible emitir pesos para salir del paso, aunque sea en contrapartida de más deuda de las provincias con la Nación. Por otro lado, el Gobierno tiene como uno de sus objetivos prioritarios de política económica regresar al mercado de capitales. La emisión de cuasimonedas sería una pésima señalar para los inversores y demoraría más la búsqueda de financiamiento voluntario.
No obstante, es sabido que los Kirchner, como enseñó el conflicto con el campo, no se intimidan con facilidad y tampoco les gusta ser presionados. Por eso, a pesar de que una fragmentación monetaria no tendría lógica económica, tampoco es un escenario a descartar por completo. La lógica política toma en ocasiones caminos paralelos.

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