"Todavía no hablé con Micheletti, pero ayer me reuní más de dos horas con un delegado que nombró él para comenzar las negociaciones", dijo al tiempo que agregó: "Yo soy un hombre muy práctico, y la realidad me indica que las cosas están caminando bien".
De este modo, Zelaya admitió por primera vez que se inició el diálogo con el gobierno de facto para ponerle fin a la crisis política que vive Honduras y que ya provocó varios muertos y heridos.
En el marco de los primeros contactos, Zelaya advirtió que estaría dispuesto a retomar el poder y garantizar las elecciones que fueron convocadas para noviembre, en las que no podría ser candidato, según marca la Constitución de Honduras.
"Estoy de acuerdo con las elecciones (del próximo 29 de noviembre), y no las pienso detener. En realidad, quiero como presidente legítimo poder garantizarlas", indicó en una clara concesión al gobierno de Micheletti.
Por otra parte, el mandatario derrocado aseguró que "ningún presidente" estaba al tanto de su regreso a Tegucigalpa para que "no se filtrara la información", por lo que "fueron avisados durante el transcurso de la misión".
"Hable con (el presidente de Brasil) Lula y (el canciller) Amorim para refugiarme en la embajada pero recién en ese momento conocieron la situación", explicó.
También dijo que no mantuvo contacto aún con la mandataria Cristina Kirchner, aunque tratará de hablar "en las próximas horas".
En el día de hoy, el gobierno de facto de Honduras levantó el toque de queda y la suspensión de vuelos locales e internacionales, realizando un llamado a la población a retomar sus actividades cotidianas.
Dentro de ese marco, Roberto Micheletti había anunciado que aceptaba la mediación del presidente costarricense, Óscar Arias, aunque el inicio de un diálogo directo con Zelaya puede significar la resolución de la crisis institucional que atraviesa el país desde hace casi tres meses.
En el marco de los primeros contactos, Zelaya advirtió que estaría dispuesto a retomar el poder y garantizar las elecciones que fueron convocadas para noviembre, en las que no podría ser candidato, según marca la Constitución de Honduras.
"Estoy de acuerdo con las elecciones (del próximo 29 de noviembre), y no las pienso detener. En realidad, quiero como presidente legítimo poder garantizarlas", indicó en una clara concesión al gobierno de Micheletti.
Por otra parte, el mandatario derrocado aseguró que "ningún presidente" estaba al tanto de su regreso a Tegucigalpa para que "no se filtrara la información", por lo que "fueron avisados durante el transcurso de la misión".
"Hable con (el presidente de Brasil) Lula y (el canciller) Amorim para refugiarme en la embajada pero recién en ese momento conocieron la situación", explicó.
También dijo que no mantuvo contacto aún con la mandataria Cristina Kirchner, aunque tratará de hablar "en las próximas horas".
En el día de hoy, el gobierno de facto de Honduras levantó el toque de queda y la suspensión de vuelos locales e internacionales, realizando un llamado a la población a retomar sus actividades cotidianas.
Dentro de ese marco, Roberto Micheletti había anunciado que aceptaba la mediación del presidente costarricense, Óscar Arias, aunque el inicio de un diálogo directo con Zelaya puede significar la resolución de la crisis institucional que atraviesa el país desde hace casi tres meses.
Fuente: EFE
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