Para despuntar el análisis, empecemos por reconocer que nos interesa la plata de las exportaciones, tanto los recursos que deja la soja como la minería. Se trata de un dinero que necesitamos los argentinos en general y los catamarqueños en particular.Sin embargo, también queremos ver el impacto real de la actividad, sobre todo en las comunidades cercanas a los yacimientos mineros. Para tener minería hay que pensar en desarrollar sí o sí las Areas de Impacto Primario (AIP).
Ser oportunos en la comunicación condiciona la actividad minera en la actualidad. La información en tiempo y en forma siempre fue clave en la relación entre la minería y la sociedad. Sucede que nunca lo vimos así, pero aún nos cuesta comprenderlo.
Cualquier explicación que llegue una ahora más tarde de lo que la sociedad la espera es un potencial problema de credibilidad que afecta en forma directa a la actividad y comúnmente olvida a los responsables de esta falta de atención comunicacional.
Que no atrase ni adelante
Dicho a la inversa. La información inoportuna es un problema seguro, no tanto por el contenido sino por la demora en llegar hasta el vecino. Si la comunidad no visualiza con nitidez, es porque tampoco se dijo claramente.
Noticia minera dada en tiempo y forma no corre riesgo de tratamiento insalvable. Esa misma información, entregada tardíamente, es rechazada no tanto por el contenido sino por inconveniente de acuerdo con una mala predisposición.
De manera que el problema en minería es el manejo en los tiempos de la comunicación. Cuando las sospechas y especulaciones ganan las calles no se puede ser más que precisos. Ser un reloj en materia informativa (que no atrase ni adelante) es la necesidad y el desafío.
De todas formas, son casos excepcionales donde la información importante está supeditada a la comunicación sistemática y eficiente. Este criterio del manejo de los tiempos vuelve al mensaje creíble o no. Es comprensible. La historia suele repetirse.
Cada cosa en su lugar
Las respuestas institucionales, las que espera la gente, solo pueden llegar de entidades gubernamentales y de nuestros representantes. Cualquiera de los temas que se trate, les corresponde a los funcionarios dar las respectivas explicaciones oficiales.
Las empresas tienen y deben comunicar todos sus movimientos a los organismos estatales y, en todos los casos, es el Gobierno el que debe acercar esa información a la comunidad.
Por supuesto, se puede tener a las empresas mineras como otra fuente informativa, pero las inquietudes ambientales, políticas, económicas, científica (desde el comienzo hasta el cierre de minas) debe evacuarlas la secretaría o ministerio pertinente. Al margen de la Responsabilidad Social Empresarial que les cabe.
En este sentido, con excepción del secretario de Minería de la provincia, Rodolfo Micone que suele explicar algunas dudas técnicas, los funcionarios que le siguen en rango muy rara vez aparecen dando explicaciones. ¿Creerán que su puesto es irrelevante?
La información en sí misma puede ser sensible y merecer incluso una discusión responsable, pero entregada a tiempo tiene que generar un debate sano e inteligente. Es una cuestión de tino más relacionada con los tiempos y la voluntad de comunicar que con el mensaje mismo. Lo demás es discutible, pero superable.
Andan preguntando por el “plan”
Un plan de desarrollo lleva años. No se logra de un día para el otro. Lleva un tiempo prudencial (más bien largo). No obstante, para no fracasar, lo importante es que los esfuerzos deben ser consecutivos y en una sola dirección.
Hay documentación efectiva, compromisos con tiempos preestablecidos. Esa responsabilidad puesta de manifiesto por anticipado en un escrito debe ser la letra-guía que oriente las acciones y por ende corrija los desvíos.
Cuando hablamos de Plan de Desarrollo para la Zonas de Impacto Primario (AIP) o lugares cercanos a los yacimientos es preciso distinguirlo del simple asistencialismo u obras aisladas. Si vamos a hacer las cosas, las hagamos bien.
Primero el dibujo, el bosquejo, el croquis, el esquema, el esbozo, el plano, el proyecto social por conseguir. En primer lugar está el ideal, la intención, el propósito como provincia. La finalidad de tener minería en Catamarca.
Luego, el cumplimiento fiel de lo acordado. La observancia justa en la práctica. La fidelidad al itinerario fijado de antemano. El respeto a los acuerdos logrados para que puedan ser satisfechos los intereses de las partes.
¿Qué se sabe de Agua Rica?
Lo cierto es que La Alumbrera termina su producción minera en 2016 o 2017 y, como es el único megaemprendimiento minero que tenemos, no sabemos qué va a pasar después. Faltan certezas.
Cuando nos preguntamos, cómo va la opción de compra del proyecto Agua, se escuchan generalidades que no terminan de sacarles las dudas a los principales interesados (las comunidades de Andalgalá, Santa María y Belén).
En este marco, no puede ser que pase un año hasta que volvamos a hablar sobre un tema de trascendencia para los catamarqueños y de la envergadura de esta iniciativa.
Por orden de prioridades y lógica común, lo sustancial condiciona lo accesorio. Para avanzar sobre proveedores y mano de obra, es necesario conocer antes el curso que sigue el yacimiento minero en ciernes y cómo se llevará a cabo su explotación.
Por Juan Carlos Andrada (De la Redacción del Diario LA UNION)
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