Según se pudo conocer, el primero de los hechos habría sucedido dentro del mismo vehículo donde el imputado llevaba a la víctima a la escuela. En aquel momento, Tariffa se habría desviado del recorrido habitual y, tras amenazarla para que no cuente nada, la habría recostado en uno de los asientos traseros del rodado para luego bajarle el pantalón por la fuerza y así accederla carnalmente.
Si bien la nena, no contó nada en ese momento, habría comenzado a mostrar cambios en su conducta, característicos signos del abuso, aunque su madre no se percató en un primer momento. Un año después volvió a suceder una situación similar y en el mismo vehículo escolar, que culminó con la confesión de la menor hacia la madre, quien radicó la denuncia inmediatamente.
Los peritajes comprobaron que la nena tenía desfloración de vieja data y que además no fabulaba.
Según trascendió, el análisis psicológico al imputado, quien negó los hechos en su momento, hablaría de un "probable mecanismo psicopático" en su manera de entablar relaciones, más una marcada capacidad de fabulación.
Por su parte Tariffa, quien estuvo detenido el año pasado, quedó en libertad bajo caución pero con restricciones. El sujeto trabajaría actualmente como remisero.
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