domingo, 21 de mayo de 2017

CORDOBA: "41 años después encontró a su hija"

Se la quitaron al nacer en una clínica ilegal de Córdoba. Le dijeron que había muerto. Es el segundo caso esclarecido de víctimas de la partera cordobesa Mafalda Journade.

Julia fue separada de su hija luego de dar a luz en una clínica clandestina de la ciudad de Córdoba. La partera que la atendió le dijo que su beba había muerto al nacer. No era cierto: en realidad la vendió a otra familia. 41 años después, esa madre y esa hija se juntaron por primera vez.

Es la segunda historia de reencuentro que se logra desde el grupo creado para rearmar las historias desechas por la partera Mafalda Journade, que entre 1960 y 1985 convirtió su casa de barrio General Paz en una clínica clandestina, dedicada al tráfico de bebés. Journade fue imputada y condenada por la Justicia. Recuperó la libertad tras casi seis años de prisión y murió en 2011.

A Julia (que prefiere no revelar su apellido) nunca le cerró la versión de la partera. Intuía que su hija estaba viva. En 2015, luego de 39 años de infructuosa búsqueda, le escribió una carta a una hija imaginaria. La guardó: no tenía a quién mandarla. Allí se repetía a sí misma que no iba a detenerse hasta encontrarla: "Te amo, hija, no voy a parar de buscarte”.

Julia no pudo tener otros hijos y casi muere en aquel parto.

La pista de su hija tardó varios años en llegar. Primero obtuvo un dato tibio: podía estar en Buenos Aires. Luego, y gracias a la intervención de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y al Archivo Provincial de la Memoria, Julia tuvo acceso a la partida de nacimiento. Allí supo que se llamaba Claudia. Desde entonces todo se hizo más sencillo.

En julio de 2016 se encontraron luego de 41 años. Fue en Buenos Aires, en la casa que Claudia comparte con su familia. La prueba de ADN las confirmó luego como madre e hija. Allí pudieron darse el emotivo abrazo que les habían negado durante tantos años. Julia también vio por primera vez a sus nietos. "Claudia planea venirse con su familia a Córdoba, para estar más cerca de su madre (64), que siempre la buscó”, dijo una integrante de Hermanas y Madres del Alma, organización creada en 2014 por personas que siguen buscando su identidad biológica, de la que Julia forma parte. Madre e hija prefieren por el momento no hablar de lo ocurrido.

Víctima perfecta

Julia había llegado a Córdoba con 23 años. Estaba embarazada y su pareja la había abandonado. Una persona que conoció la acercó a la "clínica” de Journade. Sola en Córdoba y sin trabajo, fue una víctima perfecta para la partera.

Journade se habría dedicado a entregar, mediante venta, a bebés recién nacidos que ella ayudaba a dar a luz. Según se reconstruyó años después, tras los partos la mujer dormía a las madres y luego les explicaba que sus hijos habían muerto. También engañaba a los padres adoptivos, diciéndoles que esos niños habían sido abandonados por sus familias. Así los vendía.

Primera restitución
Soledad Piñero (40) fue, en 2015, la primera víctima de Journade en encontrar a su familia biológica. También era miembro del grupo Hermanas y Madres del Alma.

Para que Soledad se encontrara con su familia tuvo que ocurrir una desgracia: la muerte de su madre, cinco días después del parto, en 1977. Por este hecho Journade fue condenada a siete años de prisión. Salió a los cinco, por buena conducta. Durante el juicio, Journade declaró que la bebé de Ana Beatriz Piñero (mamá de Soledad) no había muerto, tal como le hizo creer a su familia, y que había sido entregada a otros. Por esa declaración conoció su apellido real y pudo juntarse con parte de su familia.

La organización calcula que en la clínica de Journade habrían nacido 17 mil niños. Muchos de ellos podrían haber sido vendidos. La mujer fue condenada por un hecho pero quizá otros centenares de casos quedaron impunes.

Fuente: La Voz

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