En un gran marco de público, la mandataria provincial resaltó el trabajo que se viene realizando para “cambiar” el concepto negativo que había sobre la actividad y hasta cuestionó a quienes se oponen a la actividad por intereses económicos.
Aseguró que “se perdió mucho tiempo porque había temor de hablar de la minería”, pero que “se avanzó mucho”. “Hay una sociedad que reconoce a la minería como factor de desarrollo y como fuente de trabajo”, afirmó.
La conclusión del III Foro de Mujeres trabajando en la Minería estuvo a cargo de un panel integrado por mujeres que se dedican a la actividad en diferentes rubros que van desde el trabajo en mina hasta cargos jerárquicos, al que se sumó la Gobernadora, Lucía Corpacci, quien reconoció en la directora provincial de Gestión Ambiental Minera de la Secretaría de Estado de Minería, Teresita Regalado, el trabajo de la mujer en la actividad.
“Quiero hacer un reconocimiento muy especial a Teresita Regalado, porque su compromiso con la minería siempre me ha impactado. Para mí es un gusto que tantas mujeres se reúnan hablando de un tema que era tabú hace dos años atrás, porque que alguien dijera que tenía algo que ver con la minería era someterse al escarnio público”, apuntó la Gobernadora.
En ese sentido, señaló que ese concepto negativo estuvo “montado en el desconocimiento y en la despreocupación de las autoridades anteriores de informar a la población de lo que realmente era la minería. Por eso, se permitió que se dijeran barbaridades de este emprendimiento industrial que no es más ni menos contaminante que cualquier otra industria”. En este punto, destacó que su gestión de Gobierno asumió “con muchísima responsabilidad el control de ese impacto y hemos sumado a la comunidad a esos controles y poco a poco se fue cayendo el mito de lo dañino que era la minería”.
Intereses económicos
Por otra parte, la Gobernadora también se permitió hacer una reflexión personal sobre quienes se oponen a la actividad y señaló que “a muchos les molesta la movilidad social que genera el trabajo en las empresas mineras”.
Aseguró que esta reflexión se debe a “a experiencias que escucho, porque donde se desarrollan estos emprendimientos la mayoría de sus habitantes son empleados municipales o trabajan en la tierra, muchos no habían terminado el secundario, y antes de que se desarrolle la minería probablemente su destino era ser peón o empleado del municipio”.
Por último, cada una de las panelistas comentó su experiencia en la actividad, como por ejemplo Nilda Gómez, proveedora minera de la ciudad de Belén. “Yo viví 25 años en una mina de oro y plata, mis hijos son mineros, recorrí caminos de manganeso, tomé agua del río, puedo decir que la minería no mata, no contamina, más con los controles que se hacen ahora. Como mamá no vamos a permitir una actividad que mate a nuestros hijos”, aseguró la mujer.
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