El "compre estadounidense" puede impulsar una ola de proteccionismo en todo el mundo, según advierten fuentes oficiales argentinas. "Si Estados Unidos hace eso, ¿qué se puede esperar de los demás? Empezará el «sálvese quien pueda»", anticiparon en la Cancillería en un análisis preliminar, poco antes de que la cláusula fuera aprobada, aunque en una versión más moderada, en la Cámara de Representantes. El "compre estadounidense" establece que ganarán las licitaciones las firmas norteamericanas que se presenten para proveer materiales al plan de infraestructura del presidente Barack Obama aunque ofrezcan precios 25% superiores a la mejor oferta. Pero en el proyecto, que más tarde logró también un acuerdo tentativo en el Senado, se agregó a último momento la aclaración de que Estados Unidos respetará los acuerdos internacionales que ha firmado sobre compras gubernamentales, es decir, el del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés) y un convenio plurilateral específico que 39 países firmaron en la OMC.
Esas 39 naciones son todas desarrolladas. Ni la Argentina ni los demás países en desarrollo lo rubricaron porque siempre consideraron que implicaba una concesión sin conseguir una ventaja que sus empresas pudieran aprovechar ni ninguna cesión en el anhelado mercado agrícola. Es decir que Estados Unidos privilegiará a sus empresas en las licitaciones, en perjuicio de las compañías de los países que no firmaron el acuerdo de la OMC (que entró en vigor en 1996). Los firmantes, que quedaron resguardados del "compre estadounidense", son Canadá, los 27 países de la UE, Hong Kong (región administrativa especial de China), Islandia, Israel, Japón, Corea del Sur, Liechtenstein, Aruba, Noruega, Singapur y Suiza. La Argentina sólo aparece como observadora del acuerdo de compras gubernamentales de la OMC, al igual que otras 18 naciones. Es decir, que el país, sobre todo sus siderúrgicas (el único sector que sería afectado), quedará en desventaja no sólo respecto de las firmas norteamericanas sino también de las de una buena cantidad de países desarrollados. (La Nación, Buenos Aires, 08/02/09)
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