Análisis
18 de febrero de 2009
El metal dorado alcanzó un máximo de siete meses en el día de ayer, luego de que datos industriales provenientes de los EEUU fueran menores que los esperados, fogoneando aún más el panorama económico, y lanzando la inversión en lingotes como un sitio seguro para conservar valor.
Temores sobre una recesión más profunda en Europa Oriental impulsó al oro, aventajando a todas las monedas de referencia, incluyendo el Euro, la Libra esterlina, el Rand sudafricano, la Rupia india, y los dólares tanto de Australia como de Canadá.
El precio spot del oro alcanzó los US$968,15/oz., desde los US$940,90/oz. con los que comenzó la jornada bursátil. Durante la sesión, llegó a un máximo de US$970,90/oz., el mayor valor desde el 22 de julio pasado.
Este aumento en más de US$25/oz. se justifica en una completa aversión al riesgo, implicando la venta masiva de títulos bursátiles, lo que lleva a una mayor por el metal en cuestión.
Los papeles que cotizan en Wall Street se desplomaron debido a los temores de que la recesión podría complicarse aún más, llevando a que el índice S&P 500 se sitúe por debajo de los 8.000 puntos básicos desde el 21 de noviembre pasado.
Más que nunca, el oro es el activo por excelencia.
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