Lo dijo en un acto político en Jujuy. Ya con tono electoral, criticó a la oposición de la "Alianza residual" y los "sectores de la derecha".
Desde una tribuna justicialista en la localidad jujeña de Palpalá, el ex presidente Néstor Kirchner reconoció hoy que, por la crisis internacional, el 2009 será un año complicado. Tanto que llegó a aseverar que "será el más difícil de los últimos 100 años".
La advertencia, sin embargo, tuvo un tono más bien político. No sólo por la tribuna sino porque pareció apuntar, sobre todo, a cuestionar a la oposición, ya que estuvo pegada a un pedido para "cuidar todo" lo que consiguió la Argentina desde que él asumió la presidencia en 2003.
Mientras se empiezan a perfilar alianzas de cara a los comicios legislativos de octubre, el ex mandatario volvió a criticar duramente a los distintos frentes opositores. Sin hacer una referencia explícita sobre a quién se refería, el titular de justicialismo desafió a que los que "quieren jugar a la politiquería o el electoralismo, que lo hagan". Y contrastó es actitud, supuestamente propia de la oposición, con la del Gobierno: "Los que estamos preocupados por la patria y no por nuestro destino personal, sabemos que ante esta tremenda crisis internacional hay que poner el esfuerzo en trabajar, generar inversiones y administrar responsablemente".
En su discurso, Kirchner no nombró específicamente a los destinatarios de sus críticas. Pero quedó absolutamente en claro a quienes se refería.
"Después de que ganamos las elecciones siempre dicen que pasó esto y aquello. (La presidenta) Cristina (Fernández de Kirchner) ganó por más de 20 puntos y algunos querían dudar de la legitimidad. Que se queden tranquilos, las urnas están allí", deslizó, en obvia alusión a las denuncias de la Coalición Cívica y los radicales con respecto a un presunto fraude electoral. También aludió a ellos cuando se dirigió a "los que quebraron la argentina, esa Alianza residual".
El ex mandatario apuntó además contra el flamante polo opositor del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y los justicialistas disidentes Felipe Solá y Francisco de Narváez, a quienes tampoco mencionó pero que calificó como "sectores de la derecha argentina". "Eran los que decían que teníamos que abrazarnos al fondo y se arrodillaban ante los centros de poder para pedirles que vinieran a la Argentina", cuestionó.
En un encendido discurso de tono electoral, Kirchner hizo un nuevo elogio del gobierno de su esposa, dijo que desde que él asumió el país recuperó "eslabón por eslabón todo lo que se fue regalando en la Argentina", entre los que citó los casos de Aguas Argentinas, Aerolíneas y el Correo, y volvió a advertir que si para mantener el empleo "algunos empresarios tienen que ganar un poquito menos, que ganen menos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario