En estos días se convirtió casi en intrnsitable para vehículos chicos, en especial el tramo más complicado es la parte nueva que evade la cuesta de Belén, desde donde el agua en la pendiente causó mucho daño y sacó piedras al camino, convirtiéndolo en un tramo que se debe transitar muy lentamente.
Pero después que se baja la cuesta de Belén hasta la Quebrada del Cura, los costillares del camino, lo hacen imposible de transitar, tanto es así que un turista que le toque hacer estos 50 kilómetros, no volvería a intentar jamás pasar por este tramo, lo que daña también al turismo en esta última franja que queda.
Más allá del turismo que puede rotar todo el año, la comunicación entre ambos departamentos continúa siendo todo un tema, este tramo nos sigue manteniendo aislados. Es aquí donde se tiene que poner especial énfasis, para que la gente pueda salir desde Andalgalá a Belén y de allí a Santa María o a Tinogasta. Sres de Vialidad, pónganse al frente de este reclamo, ya que son muchas personas las afectadas, que por razones de trabajo o una necesidad cualquiera transitan permanentemente entre Andalgalá y Belén y es inconcebible que se opte por dar toda la vuelta, es decir ir hasta la entrada de la Cébila, de allí a Mazán, Aimogasta, Cerro Negro, Londres y recién Belén, para proteger la integridad de su vehículo y esto no es solo una declamación. Es lo que mucha gente hace para cuidar su automóvil o vehículo chico. En tanto si el tramo se conserva bien, son solo 89 kilómetros en contra de casi 250 kilómetros o más que implica la vuelta.
Así no potenciamos el turismo lo corremos.
Camino a Aconquija
También se encuentra en un estado bastante calamitoso, por las últimas lluvias, es así que solicitamos al Gobierno y a las autoridades de Vialidad de la Provincia que pongan especial atención en estos tramos para que la gente pueda estar comunicada.
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