A los ponchazos, apurado por el devenir de los hechos y los llamados de atención de diferentes actores políticos y sociales, el gobierno catamarqueño intenta atender aunque sea mediáticamente la problemática andalgalense, donde el ultimátum de los ecoviolentos sirvió como catalizador eficaz frente a la inoperancia del estado.
Podemos tal vez intentar analizar la improvisación de las iniciativas gubernamentales; el oportunismo de ciertos actores políticos; las posturas coyunturalistas, funcionales de los principales medios de prensa para con la inoperancia del estado; el irresponsable ostracismo de los legisladores andalgalenses en todo este proceso; la liviandad demagógica de los ediles; la justicia ausente; la absurda fiscal; en suma la portentosa mediocridad de la clase dirigente de nuestra provincia, pero esto solo serviría para caracterizar una mediocracia que no muestra canales de superación en el corto o mediano plazo, tal vez, porque esta clase política solo funciona traccionada por las urgencias electorales y no por una concepción estratégica de construcción política recreada por aspirantes a estadistas.
La foto de los desocupados de Andalgalá, con el Secretario de Minería de la Nación y las Empresas Mineras que operan en la zona de conflicto, los acuerdos en ese marco arribados, nos indican el total fracaso de la clase dirigente Catamarqueña, en la implementación de políticas activas, generadoras de riqueza que abonen el tejido social y otorguen el marco adecuado para un desarrollo sostenible.
Vale acotar que esto no solo ocurre con la minería sino con todas las actividades productivas.
Tal vez sorprenda que la principal actividad generadora de recursos catamarqueña -la minería- sea una de las actividades con menores recursos financieros, profesionales, técnicos, instrumentales, burocráticos y políticos a punto tal que en la escuálida repartición minera su personal no supera las setenta personas y que desaparecido el paupérrimo Sinner, en la improvisación "ambientaloide" pergeñada solo se amontonó el personal disponible en la Dirección Provincial de Gestión Ambiental y el residual quedo a cargo del simbólico Subsecretario de Minería un jubilado radicado en Córdoba con dedicación part time.
El ejercicio de la policía minera, políticas de producción y desarrollo estratégico, generación de proyectos e incubación de otros, promoción y monitoreo de los programas de responsabilidad social empresaria adecuados a la envergadura del proyecto y las necesidades sociales, etc. son cuestiones para las cuales el estado no tiene capacidad alguna de implementación.
Si a esto agregamos la desarticulación conceptual, doctrinaria y operativa de los otros componentes del estado, llegamos a la conclusión que el principal problema radica en una concepción política donde la generación de riquezas no es un objetivo.
¿No parece acaso una estupidez política el hecho que un grupo de desocupados a trece años de haber entrado en producción el Yacimiento de Bajo de La Alumbrera (noveno en envergadura en el mundo en su momento) recién logren se firmen convenios para poder vender algunas verduritas, lavar la ropa y recibir algunas hormigoneras?
¿En el mismo sentido, recién ahora el gobierno se acerca a Andalgalá para capacitar en albañilería, gastronomía y otras yerbas?
¿Que se hizo para la conformación de los aglomerados productivos, para la generación de los núcleos de proveedores locales, para la formación de profesionales y técnicos del mayor nivel para ocupar los cargos de conducción técnica de los yacimientos, para dotar a los potenciales centros productivos de la infraestructura de base que nos permita un aprovechamiento optimo de los mismos?
¿Que se hizo para formar a los docentes en todo lo atinente a la reconversión productiva y evitar que en una involución absurda los promotores del conocimiento sean los portadores de irracionales teorías promotoras del subdesarrollo?, por lo visto nada, la conducción del estado esperando que llueva sopa con un tenedor en la mano y la oposición en el cacareo destructivo y extorsivo que la caracteriza.
Pero, existen otras ausencias que normalmente no se consideran; ¿Donde estuvo y que estuvo haciendo la Universidad Nacional de Catamarca en todo este proceso que lleva décadas?
¿Alguien recordó que la Casa de Altos Estudios como algunos prefieren nombrarla, fue creada según sus documentos liminares para ser herramienta fundamental del desarrollo y bienestar de los Catamarqueños, formando profesionales aptos para el desarrollo de tierras áridas y semiáridas y en la actividad minera?
Triste el papel institucional cuando se observa que el menor desarrollo lo tienen estas disciplinas, al punto tal que todavía no se cuentan con laboratorios idóneos para la formación profesional en el mas alto nivel, la granja escuela abandonada y los profesionales con que cuenta están prácticamente ausentes del desarrollo provincial, pero como corolario del despropósito, el Delegado de la Universidad Nacional de Catamarca en Andalgalá lejos de aportar algunas vez para el desarrollo de la región es un caracterizado y recalcitrante militante ecoviolento y antiminero.
Como es posible hablar de la minería como política de estado, si en la Ley de creación de la interestatal YMAD se prevee la conformación de una Escuela Superior de Minería y de un Instituto de Investigación Minera en la Provincia de Catamarca y por lo que sabemos se reparten utilidades en el sistema universitario (aunque no sabemos siquiera que hizo la Universidad Nacional de Catamarca con ellas), como así también la prensa da cuenta de premios por producción o incentivos que cobrarían los miembros de su directorio, pero a cincuenta y un años de su creación los Catamarqueños no sabemos cuando se cumplirá con esta deuda histórica.
A todo ello y sin distinguir si el ejecutor es el estado provincial o los municipios y sin clasificar por pertenencia política estimado lector, ¿se anima a elaborar un listado de obras realizadas por regalías mineras que aporten a la producción y a la generación de fuentes perdurables de trabajo?
Es tiempo y resulta necesaria una nueva política, inclusiva, democrática e integradora y articuladora de todos los componentes del estado, los tres poderes por supuesto, dado que la Justicia no ha mostrado su mejor perfil dejando serias dudas sobre su idoneidad, equidad y oportunidad.
La problemática andalgalense con todas sus componentes, interna oficialista; carencias de liderazgos alternativos y proyectos políticos superadores; insatisfacciones sociales y de infraestructura departamental; falta de atención a mínimos requerimientos en salud, educación y trabajo; histórico aislamiento departamental por falta de atención a requerimientos de infraestructura vial del departamento; proyectos anunciados y nunca ejecutados por los gobiernos provinciales (conexión Vis Vis - Campo del Arenal, Colonia de Huaco, IES, Escuelas, etc.); sobredimencionamiento social de la posible renta minera a obtener; justicia ausente y funcionarios judiciales que no se encuentran a la altura de las circunstancias junto a todo lo mencionado precedentemente, conforman el escenario político social de la Perla del Oeste, consecuentemente la "GENESIS" del "problema" no estuvo solo en el "despilfarro" por parte del gobierno comunal, las responsabilidades de este son un factor más, eso si nadie debe hacerse el desentendido en cuanto a que el promotor del estado de crisis al que se ha llegado es el estado provincial, obstaculizando con su indolencia el proyecto minero local en curso (con una inversión posible que supera los dos mil quinientos millones de dólares y aprox. 4500 puestos de trabajo), desatendiendo las expectativas generadas, ninguneando a las fuerzas activas sociales y acudiendo presuroso en forma improvisada frente a la emergencia.
Todo esto es un problema urgente a resolver, pero no debemos olvidar que la promoción del desarrollo económico y social es una necesidad ineludible a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio y no es posible que por desidia y falta de compromiso de nuestra clase dirigente sigamos perdiendo oportunidades u obstaculizando el salto cualitativo que necesitamos los catamarqueños. Es tiempo de actuar y no improvisar.
MyDeC
Podemos tal vez intentar analizar la improvisación de las iniciativas gubernamentales; el oportunismo de ciertos actores políticos; las posturas coyunturalistas, funcionales de los principales medios de prensa para con la inoperancia del estado; el irresponsable ostracismo de los legisladores andalgalenses en todo este proceso; la liviandad demagógica de los ediles; la justicia ausente; la absurda fiscal; en suma la portentosa mediocridad de la clase dirigente de nuestra provincia, pero esto solo serviría para caracterizar una mediocracia que no muestra canales de superación en el corto o mediano plazo, tal vez, porque esta clase política solo funciona traccionada por las urgencias electorales y no por una concepción estratégica de construcción política recreada por aspirantes a estadistas.
La foto de los desocupados de Andalgalá, con el Secretario de Minería de la Nación y las Empresas Mineras que operan en la zona de conflicto, los acuerdos en ese marco arribados, nos indican el total fracaso de la clase dirigente Catamarqueña, en la implementación de políticas activas, generadoras de riqueza que abonen el tejido social y otorguen el marco adecuado para un desarrollo sostenible.
Vale acotar que esto no solo ocurre con la minería sino con todas las actividades productivas.
Tal vez sorprenda que la principal actividad generadora de recursos catamarqueña -la minería- sea una de las actividades con menores recursos financieros, profesionales, técnicos, instrumentales, burocráticos y políticos a punto tal que en la escuálida repartición minera su personal no supera las setenta personas y que desaparecido el paupérrimo Sinner, en la improvisación "ambientaloide" pergeñada solo se amontonó el personal disponible en la Dirección Provincial de Gestión Ambiental y el residual quedo a cargo del simbólico Subsecretario de Minería un jubilado radicado en Córdoba con dedicación part time.
El ejercicio de la policía minera, políticas de producción y desarrollo estratégico, generación de proyectos e incubación de otros, promoción y monitoreo de los programas de responsabilidad social empresaria adecuados a la envergadura del proyecto y las necesidades sociales, etc. son cuestiones para las cuales el estado no tiene capacidad alguna de implementación.
Si a esto agregamos la desarticulación conceptual, doctrinaria y operativa de los otros componentes del estado, llegamos a la conclusión que el principal problema radica en una concepción política donde la generación de riquezas no es un objetivo.
¿No parece acaso una estupidez política el hecho que un grupo de desocupados a trece años de haber entrado en producción el Yacimiento de Bajo de La Alumbrera (noveno en envergadura en el mundo en su momento) recién logren se firmen convenios para poder vender algunas verduritas, lavar la ropa y recibir algunas hormigoneras?
¿En el mismo sentido, recién ahora el gobierno se acerca a Andalgalá para capacitar en albañilería, gastronomía y otras yerbas?
¿Que se hizo para la conformación de los aglomerados productivos, para la generación de los núcleos de proveedores locales, para la formación de profesionales y técnicos del mayor nivel para ocupar los cargos de conducción técnica de los yacimientos, para dotar a los potenciales centros productivos de la infraestructura de base que nos permita un aprovechamiento optimo de los mismos?
¿Que se hizo para formar a los docentes en todo lo atinente a la reconversión productiva y evitar que en una involución absurda los promotores del conocimiento sean los portadores de irracionales teorías promotoras del subdesarrollo?, por lo visto nada, la conducción del estado esperando que llueva sopa con un tenedor en la mano y la oposición en el cacareo destructivo y extorsivo que la caracteriza.
Pero, existen otras ausencias que normalmente no se consideran; ¿Donde estuvo y que estuvo haciendo la Universidad Nacional de Catamarca en todo este proceso que lleva décadas?
¿Alguien recordó que la Casa de Altos Estudios como algunos prefieren nombrarla, fue creada según sus documentos liminares para ser herramienta fundamental del desarrollo y bienestar de los Catamarqueños, formando profesionales aptos para el desarrollo de tierras áridas y semiáridas y en la actividad minera?
Triste el papel institucional cuando se observa que el menor desarrollo lo tienen estas disciplinas, al punto tal que todavía no se cuentan con laboratorios idóneos para la formación profesional en el mas alto nivel, la granja escuela abandonada y los profesionales con que cuenta están prácticamente ausentes del desarrollo provincial, pero como corolario del despropósito, el Delegado de la Universidad Nacional de Catamarca en Andalgalá lejos de aportar algunas vez para el desarrollo de la región es un caracterizado y recalcitrante militante ecoviolento y antiminero.
Como es posible hablar de la minería como política de estado, si en la Ley de creación de la interestatal YMAD se prevee la conformación de una Escuela Superior de Minería y de un Instituto de Investigación Minera en la Provincia de Catamarca y por lo que sabemos se reparten utilidades en el sistema universitario (aunque no sabemos siquiera que hizo la Universidad Nacional de Catamarca con ellas), como así también la prensa da cuenta de premios por producción o incentivos que cobrarían los miembros de su directorio, pero a cincuenta y un años de su creación los Catamarqueños no sabemos cuando se cumplirá con esta deuda histórica.
A todo ello y sin distinguir si el ejecutor es el estado provincial o los municipios y sin clasificar por pertenencia política estimado lector, ¿se anima a elaborar un listado de obras realizadas por regalías mineras que aporten a la producción y a la generación de fuentes perdurables de trabajo?
Es tiempo y resulta necesaria una nueva política, inclusiva, democrática e integradora y articuladora de todos los componentes del estado, los tres poderes por supuesto, dado que la Justicia no ha mostrado su mejor perfil dejando serias dudas sobre su idoneidad, equidad y oportunidad.
La problemática andalgalense con todas sus componentes, interna oficialista; carencias de liderazgos alternativos y proyectos políticos superadores; insatisfacciones sociales y de infraestructura departamental; falta de atención a mínimos requerimientos en salud, educación y trabajo; histórico aislamiento departamental por falta de atención a requerimientos de infraestructura vial del departamento; proyectos anunciados y nunca ejecutados por los gobiernos provinciales (conexión Vis Vis - Campo del Arenal, Colonia de Huaco, IES, Escuelas, etc.); sobredimencionamiento social de la posible renta minera a obtener; justicia ausente y funcionarios judiciales que no se encuentran a la altura de las circunstancias junto a todo lo mencionado precedentemente, conforman el escenario político social de la Perla del Oeste, consecuentemente la "GENESIS" del "problema" no estuvo solo en el "despilfarro" por parte del gobierno comunal, las responsabilidades de este son un factor más, eso si nadie debe hacerse el desentendido en cuanto a que el promotor del estado de crisis al que se ha llegado es el estado provincial, obstaculizando con su indolencia el proyecto minero local en curso (con una inversión posible que supera los dos mil quinientos millones de dólares y aprox. 4500 puestos de trabajo), desatendiendo las expectativas generadas, ninguneando a las fuerzas activas sociales y acudiendo presuroso en forma improvisada frente a la emergencia.
Todo esto es un problema urgente a resolver, pero no debemos olvidar que la promoción del desarrollo económico y social es una necesidad ineludible a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio y no es posible que por desidia y falta de compromiso de nuestra clase dirigente sigamos perdiendo oportunidades u obstaculizando el salto cualitativo que necesitamos los catamarqueños. Es tiempo de actuar y no improvisar.
MyDeC
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