Así reza el cartel colocado al ingreso del Juzgado de Instrucción de Andalgalá, donde la propietaria del local bailable La Costanera, se encadenó en solicitud de una respuesta por parte del Juez Rodolfo Cecenarro para volver a funcionar.
“Llevamos más de ocho meses sin poder trabajar, hicimos todos los trabajos en acústica que nos exigió la ley, se hicieron las mediciones correspondientes, pero aún así, el vecino Francisco Álvarez, sigue insistiendo que dicha pericia no es válida, por lo que no podemos trabajar y eso nos perjudica mucho como familia”, dijo la Sra. Dora Saracho, propietaria del local bailable.
Saracho adujo que a pesar de todos los esfuerzos que hicieron para construir el salón bailable y al mismo revestirlo acústicamente, aún así, seguimos con problemas con un solo vecino que se molesta porque nosotros trabajamos, y lo hacemos solo los sábados, expresó, muy molesta, a FM Platinum.
El litigio ya tiene un tiempo largo en la justicia, en el que se presentó como querellante el Ing. Francisco Álvarez, quien posee su vivienda al lado del local bailable, contra los propietarios de la Costanera, solicitando se tomen medidas para que la actividad comercial, no afecte más a la familia que se veía perjudicada por los altos decibeles en los que se propalaba música en dicho local. En el proceso la justicia ordenó el cierre del local baileble, haciendo lugar a la presentación realizada por Álvarez, hasta tanto se realizaran las construcciones y revestimientos acústicos, para impedir que los sonidos afecten a los vecinos circundantes. Hace cosa de un mes aproximadamente se llevó a cabo la medición de los decibeles un día sábado por la noche, y a raíz de que dicho peritaje no cumplió con algunas cuestiones reglamentarias, el querellante, peticionó a través de su letrado patrocinante que se realice una nueva pericia, puesto que la realizada, no lo satisfizo.
En este punto se encuentra la causa, con la medida adoptada por la propietaria del local, de encadenarse frente al juzgado de Andalgalá, pidiendo que se los deje trabajar.
La Sra. Dora Saracho, comentó que de este trabajo viven ella, sus dos hijos y sus familias, además de siete familias más cuyos padres trabajan en el local y les significa un medio de vida, explicó.
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