A continuación se transcriben sus palabras:
“El 9 de junio se celebra el “Día del Geólogo” rememorando la fecha en que se realizó la primera reunión destinada a la creación del Centro Argentino de Geólogos, en 1947, en la ciudad de Buenos Aires.
Si bien esa pionera entidad ya no existe, son varias las organizaciones que heredaron su espíritu y sus objetivos, entre ellas nuestra Asociación Geológica de Mendoza, fundada el 23 de febrero de 1952.
Resulta oportuno aprovechar esta fecha para transmitir un breve mensaje sobre la importancia práctica que tienen las ciencias geológicas para la comunidad.
En general creemos que todos saben que la geología es una ciencia natural que estudia la composición, la estructura, el origen y la evolución de nuestro planeta. También hemos comprobado la curiosidad que despiertan los informes de los geólogos donde con toda naturalidad hablamos de lo ocurrido en millones de años.
Pero llega el momento en que el ciudadano común se pregunta …….. ¿y para qué sirve? O lo que es lo mismo pero en términos más técnicos, … ¿en qué se aplica?
Y aquí es donde debemos reconocer que existe un déficit. La geología puede ser conocida como disciplina científica pero en cambio sus aplicaciones prácticas no lo son tanto.
Dada la especificidad de este medio periodístico, posiblemente los lectores ya estén acostumbrados a la presencia de los geólogos en las actividades, informes y notas directamente relacionadas con la minería y la energía.
Esto es así porque la búsqueda, el hallazgo, la exploración y las posibilidades de aprovechamiento de sustancias minerales que demanda la sociedad para sostener el creciente desarrollo industrial y social (minerales metalíferos, combustibles, energéticos, industriales y materiales de construcción) requiere de la aplicación de sólidos conocimientos de geología, sencillamente porque los yacimientos de esas sustancias son el resultado de específicos procesos geológicos.
Sin embargo la geología tiene otras aplicaciones importantes y que dan lugar a otras tantas especialidades.
Y el primer ejemplo es el agua subterránea. Sabemos que el agua es el principal recurso de la Naturaleza pero no todos saben que el agua subterránea es la principal reserva de agua dulce disponible. Su cantidad, su ubicación, su calidad, y sus posibilidades de aprovechamiento dependen de las condiciones geológicas de los terrenos. Por eso, en la práctica, es la hidrogeología la especialidad que aplica los conocimientos de la geología para la búsqueda, la evaluación y el aprovechamiento racional de ese recurso, como así también para prevenir efectos nocivos por parte de fuentes contaminantes (naturales o artificiales, urbanas o rurales) ubicadas encima o en la cercanía de los acuíferos.
En otras actividades, la directa relación entre las características geológicas del suelo y del subsuelo con las diferentes actividades y emprendimientos humanos, requieren la realización de estudios geológicos como base del conocimiento imprescindible para el ordenamiento territorial de esas actividades, para el urbanismo y la construcción.
De hecho, las actividades humanas se realizan sobre la superficie que, genéricamente, llamamos terreno. Por eso vale la pena recordar que, cuando se trata de usar un terreno es tan necesario conocer su geología como es necesario saber anatomía para poder aplicar la medicina. La anatomía nos dice cómo es y qué características tiene el cuerpo humano, y la geología nos dice cómo es y qué características tiene el terreno.
Una cuestión fundamental que no siempre se ha tenido en cuenta es la relación entre la capacidad de sostén de los terrenos y las condiciones de peligrosidad geológica en relación con obras, asentamientos, construcciones y otros emprendimientos humanos, en los campos de la geomorfología y la geotecnia.
Deformaciones en las superficies de caminos, roturas en edificios por incompetencia del terreno que lo soporta, colapso de puentes y otras obras civiles por procesos de erosión, emprendimientos edilicios en lugares propensos a inundarse, etc., son ejemplos en los que las características geológicas de los terrenos no fueron debidamente estudiadas antes de hacer las obras.
Por otro lado, hay que tener en cuenta fenómenos de peligrosidad geológica que pueden originarse más cerca o más lejos de un asentamiento humano o de una obra, como caída de rocas, avalanchas, deslizamientos de laderas, flujos de barro y detritos en zonas de montaña y sus cercanías, que pueden generar serios riesgos tanto para bienes como para pobladores de ese lugar.
La presencia de volcanes activos también es un peligro potencial cuyas precauciones son diferentes según la distancia y la morfología que los rodeen. La volcanología estudia el comportamiento de los volcanes y establece niveles de peligro y de precauciones a tener en cuenta
Otro caso, que afecta a los habitantes de zonas sísmicas, es el distinto grado de vulnerabilidad de cierto tipo de terrenos y de estructuras geológicas cuando se produce un terremoto. Debe aplicarse una zonificación basada en esas diferencias de comportamiento antes de construir cualquier obra, en especial edificaciones destinadas a vivienda.
En definitiva, y teniendo en cuenta que hay muchas especialidades menos conocidas, como la gemología y la geología forense, sirvan estos pocos ejemplos para poner de manifiesto que la geología tiene mucho que ver con la vida del hombre y con la actividad humana en general. Y que el aporte del saber geológico ayuda a prevenir y solucionar problemas para mejorar las condiciones de vida de la sociedad”.
Eddy Lavandaio-Geólogo- Matrícula COPIG 2774ª-Miembro de la Asociación Geológica de Mendoza. (El Pregón Minero, 09/06/2024)
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