La geóloga Margarita Do Campo, encargada del estudio, descartó que se deba a la actividad minera. |
En el departamento Andalgalá, luego de un estudio realizado en las cuencas de lo ríos, preocupa el nivel de flúor en el agua. La geóloga Margarita Do Campo, en diálogo con Radio Valle Viejo, aseguró que no se encuentra en mal estado el agua y descartó que sea producto de la actividad minera.
“Nosotros hicimos tres tomas de muestra de agua del río Andalgalá aunque el proyecto sobre todo estaba centrado en Choya pero también queríamos hacer un análisis de todos los ríos de la zona sobre todo los que abastecen a la población”, expresó.
En esa línea comentó que “lo que encontramos en el caso del río Andalgalá es que en general está bien pero tiene contenidos altos de hierro y manganeso con respecto a los máximos permitidos por el Código Alimentario Argentino. Ahora, revisando los manuales de la Organización Mundial de la Salud dicen que esos niveles no serían perjudiciales para la salud. Lo que tiene es que afectan el sabor del agua pero no sería perjudicial”.
“Lo que sí encontramos y que fue a pedido de una vecina de Choya que sugirió analizar flúor, que en principio no lo habíamos pensado y encontramos que si tiene el río de Andalgalá niveles altos de flúor. Eso se midió una sola vez ahora, cuando vayamos en unos días vamos a tomar muestras para repetirlo, pero dio 1,7 miligramos por litro y los niveles máximos estipulados por la Organización Mundial de la Salud son 1,5 miligramos por litro”, indicó.
Además la geóloga agregó: “El Código Alimentario Argentino es más estricto en el caso del flúor se ponen límites de acuerdo a la temperatura media del lugar porque se considera que una zona más cálida la gente ingiere más agua por día y entonces la ingesta de flúor total es mayor. Entonces para Andalgalá que tiene 25 grados centígrados como temperatura media anual el máximo debe estar en 1 miligramo por litro”.
En ese sentido estimó que “es un tema delicado; hay que prestarle atención porque produce fluorosis que es que nuestros dientes y huesos tienen carbonato de calcio y el flúor lo reemplaza y pasamos a tener dientes de fluoruro de calcio que provoca dientes oscuros, los dientes se vuelven más frágiles y puede llegar a afectar los huesos”.
Al ser consultada si se puede deber a la explotación minera, Do Campo aseguró: “No creo, la verdad no hay datos muy buenos yo busqué datos de agua anteriores a la minería o mega minería pero hay datos que tienen mucho error, encontré un trabajo publicado pero datos de flúor no vi, pero yo creo que eso lo más probable es que sea natural. Depende muchas veces de donde nacen los ríos, qué tipo de rocas hay además”.
También dijo que “sabemos que en la cuenca alta de Andalgalá la minera Agua Rica hizo movimientos de tierra sobre cauces que podrían haber afectado algo pero la verdad si no tenemos datos anteriores es muy difícil asegurarlo”.
En cuanto a si se puede encontrar una solución la profesional apuntó que “no soy especialista en tratamientos, lo que está claro es que siempre es responsabilidad del Estado la provisión de agua potable, el estado municipal, provincial, debería controlar cada tanto el agua, dar información y si hay que cambiar el método de potabilización y buscar otras maneras de trabajar se debería hacer”.
“Lo que se me ocurre como alternativa para no estar gastando en agua mineral, porque no todas las personas están en condiciones de hacer ese gasto, es acostumbrarse a lo que se hace en otras zonas que es cosechar agua de lluvia. Cuando llueve tener aljibes entonces lo que las personas pueden hacer es mezclar un poco el agua para bajar los niveles de flúor”, puntualizó.
El Esquiú
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