Del total, los sectores de minería y energía acaparan un 98,3 % del monto solicitado. Dentro de ese conjunto: la minería representa 64,8 % (≈ US$ 21.953 millones) y la energía 33,5 % (≈ US$ 11.337 millones).
En este contexto, se destacan proyectos vinculados con cobre, litio y gas/licuefacción, que marcan un viraje estratégico hacia minerales críticos y la cadena energética en la Argentina.
Trazado sectorial y geográfico
Minería:
De los US$ 21.953 millones en solicitudes mineras, aproximadamente el 73 % (~US$ 16.011 millones) está aún pendiente de aprobación.
Dentro de la minería, los proyectos de cobre explican el 73 % (≈ US$ 16.011 millones) y los de litio alcanzan los ~US$ 4.665 millones.
Geográficamente, los principales desarrollos mineros se concentran en provincias como San Juan, Catamarca, Salta y Jujuy, muchas de ellas integradas al llamado “Triángulo del Litio”.
Energía:
En el rubro energético, dos proyectos concentran el grueso del monto: el proyecto de Licuefacción de Gas Natural impulsado por Pan American Energy / Golar LNG (US$ 6.878 millones) y el oleoducto Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS) (US$ 2.486 millones). Estos dos representan en conjunto cerca del 83 % del total energético del RIGI.
Las inversiones energéticas se orientan fuertemente a la cuenca de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, epicentro del gas y petróleo no convencional.
Temporalidad y procedimiento:
Fueron aprobados 8 proyectos hasta la fecha, todos con declaración jurada de participación de proveedores locales mayor al 20 % (según el artículo 176 inciso l) de la Ley de Bases 27.742).
Sólo un proyecto fue rechazado, por un monto de US$ 273 millones.
Al menos 12 iniciativas siguen en evaluación, estimadas en más de US$ 17–18 mil millones.
Expectativas:
El informe del BCR y otros analistas advierten que el verdadero desafío no es tanto la presentación de los proyectos sino su velocidad de aprobación y, luego, de ejecución. El impacto real en exportaciones, empleo y divisas dependerá de que estos desarrollos se concreten.
Según informes previos, la minería argentina proyectaba inversiones de aproximadamente US$ 33.309 millones hasta 2031, con el objetivo de triplicar las exportaciones y duplicar los empleos formales mineros (~100.000 actuales) en ese horizonte.
Proyectos destacados
El proyecto Los Azules (San Juan) de cobre fue aprobado recientemente bajo el régimen, con una inversión estimada en US$ 2.672 millones.
Los desarrollos de litio, aunque aún en menor magnitud que los de cobre, se posicionan en el triángulo del litio (Salta–Jujuy–Catamarca) y cuentan con creciente atención internacional.
Visión crítica y reflexiones del sector
La irrupción del RIGI marca un cambio de escala en la política de atracción de inversiones de gran magnitud en Argentina. Sin embargo, existen puntos a considerar:
Aunque el volumen de solicitudes es alto, casi la mayoría de los montos mineros están pendientes de aprobación, lo que implica riesgos de demora o incluso de que no se concreten.
Para que el país aproveche los dólares proyectados y potencie exportaciones, debe asegurarse un marco macroeconómico sólido y que los proyectos cumplan con condiciones de sostenibilidad, integración local y respeto al medio ambiente.
En el terreno político-regulatorio, algunos informes señalan la necesidad de ampliar los beneficios del régimen a proyectos maduros con vida útil acotada, o ajustar requisitos de integración local, dado que algunas iniciativas están demoradas.
Conclusión
El RIGI ha permitido materializar en papel una cartera de proyectos estratégicos de más de US$ 33.000 millones, con un claro sesgo hacia la minería (especialmente cobre y litio) y la energía (principalmente gas/oleoductos). Si bien esto muestra el interés del capital —nacional e internacional— en la Argentina como plataforma de recursos críticos, el hito más importante aún está por venir: que esos “papeles” se transformen en obra, producción, exportaciones y empleo real. Como señala el análisis del BCR, “el reto será asegurar que el entorno macro y regulatorio acompañe para que las inversiones comprometidas efectivamente se materialicen”.
Para la industria minera —y para la revista que nos lee— este es un momento decisivo: no sólo por la magnitud de las cifras, sino por la oportunidad de posicionarse dentro de un escenario global de transición energética, donde el cobre y el litio son actores clave.

No hay comentarios:
Publicar un comentario