El economista afirmó que actualmente Catamarca recibe 40 millones de pesos por mes en concepto de subsidios al transporte público urbano y suburbano, lo que constituye apenas el 0,04 por ciento de las partidas que se reparten a nivel nacional (el Área Metropolitana de Buenos Aires se queda con alrededor del 70 por ciento). No obstante, advirtió que la eliminación o una merma de dichos fondos tendría graves consecuencias.
En una eventualidad de ese tipo, lamentó que “el costo se trasladaría a las empresas prestadoras del servicio, al Estado provincial, a los usuarios, o se repartiría entre estos actores. Pero alguien pagaría el costo del ajuste de Nación, porque el transporte público tiene costos que no son caprichosos, menos aún en la actualidad económica, con corrida cambiaria y aumentos en los costos fijos como los combustibles constantes”.
“Estamos ante algo que sería un problema muy importante, porque desde Cambiemos no entienden la lógica del transporte público. Tenemos una sociedad segmentada, y no piensan ni hacen políticas pensando en quienes toman el colectivo en Catamarca todos los días para ir a la escuela, al trabajo, al médico”, cuestionó el ex ministro de Hacienda y Finanzas, al tiempo que contrastó esa mirada con las políticas públicas implementadas por la Gobernadora Lucía Corpacci, “que tuvo la lucidez de implementar, sostener y sanear el Boleto Estudiantil Gratuito y la tarjeta SUBE”.
Asimismo, subrayó que “si se cumplieran los peores pronósticos y Nación recortara o eliminara el subsidio, estaría desincentivando el uso del transporte público, a contramano de lo que sucede en el mundo”.
En ese sentido, el legislador explicó que el transporte público no funciona sin subsidios, porque el costo lo hace inviable. “El transporte público nunca es un negocio en sí mismo, sino que es un servicio público, tiene un fin social, productivo. Si pongo un tren que realiza una traza a una zona productiva del interior profundo a lo que apunto es a bajar el costo del flete, con el objetivo a desarrollar zonas productivas alejadas de las zonas centrales”, ejemplificó.
Otra significativa función es fomentar el uso de este medio de transporte por sobre otros (por ejemplo el automóvil), considerados menos eficientes en términos de beneficio público, atenuando indirectamente los inconvenientes que generan su uso, como ruido, contaminación y tráfico.
Por ello, resulta importante buscar una cierta equidad en la distribución de este tipo de subsidios entre las distintas regiones del país, por cuanto en la actualidad existe una disparidad entre los montos de subsidios destinados al AMBA y al resto de la Argentina. Estos benefician en mayor medida a la población del AMBA que a jurisdicciones de menor ingreso, como por ejemplo las ubicadas en el NOA, aún cuando el gasto de los hogares en servicios de transporte en esa región sea uno de los más elevados del país, junto con el Gran Buenos Aires.
Ricardo Aredes añadió que al transporte público hay que usarlo y desde todos los sectores defenderlo juntos, en especial medidas como el Boleto Estudiantil, que es un logro social, lo mismo que la jornada laboral de 8 horas.
Además, indicó que a diferencia de lo que ocurre en otros distritos, en Catamarca los prestadores son empresarios locales, que apostaron por la provincia, con un emprendimiento productivo en la industria de servicios públicos, generando empleo genuino y un movimiento económico que se queda en nuestro territorio.
Medidas afectan a decenas de miles de catamarqueños
De acuerdo con datos provistos por la Dirección Provincial de Transporte, que depende del Ministerio de Servicios Públicos, en la provincia se encuentran en circulación alrededor de 135 mil tarjetas SUBE.
En la zona urbana (Capital, Valle Viejo y Fray Mamerto), utilizan los colectivos casi 90 mil usuarios por día, cifra que baja durante los fines de semana, por lo que el promedio diario mensual es de 70 mil pasajeros.
A su vez, la implementación de la SUBE permite constatar que muchas empresas urbanas recorren más kilómetros y tienen más empleados que los necesarios para justificar la recepción de los subsidios (en concepto de ayuda para el pago de sueldos; mejoramiento, mantenimiento y ampliación de flota; y combustible), por lo que dichas partidas especiales están plenamente justificadas en Catamarca. Por su parte, los colectivos suburbanos solo reciben subsidio al combustible.
Continuando con el análisis, Ricardo Aredes pronosticó que “la primera reacción de los empresarios a una quita de los subsidios, si es intempestiva, será caer en cesación de pago de sueldos, y el incumplimiento de una serie de requisitos que son obligatorios para recibir los subsidios”.
“En tanto si se duplica el valor del boleto urbano, que en Catamarca está en $ 10,80, uno de los valores más bajos del país, ¿cuántos seguirán usando el transporte público? Y los colectivos tienen que tener una masa crítica de personas dentro para que el sistema funcione”, sostuvo el diputado provincial.
Asimismo, recordó que si bien hay un cálculo general para definir el valor del pasaje de colectivo, “el costo del boleto es una visión política. El prestador puede decir yo necesito tanto, pero hay que tener en cuenta la capacidad de pago del usuario. Hay que contemplar numerosos elementos que se suman a lo que se llama el conjunto de la administración de la movilidad urbana de una ciudad”.
“En una ciudad el transporte público genera movilidad económica, estudiantil, es una herramienta de trabajo. Entre todos debemos defender e incentivar el transporte público, Estado nacional, provincial, municipal, oficialismo, oposición, los empresarios, y en especial los usuarios. No podemos permitir que las políticas de ajuste de este Gobierno nacional continúen perjudicando al trabajador o al estudiante que se levantan a las 6 de la mañana para llegar a su empleo o escuela, mientras por otro lado beneficia a los sectores concentrados de la economía. Eliminar o reducir los subsidios al transporte público sería, sin lugar a dudas, un retroceso”, concluyó Ricardo Aredes.
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