El programa premiado destaca la
importancia de la educación como derecho universal, incluso para quienes se encuentran privados de su libertad. A través de un sistema de voluntariado conformado por estudiantes y docentes, se brindan tutorías, clases de consulta, materiales bibliográficos y un puente de comunicación con profesores, fortaleciendo así las trayectorias educativas de estudiantes de abogacía en contextos penitenciarios.Durante el evento, un participante del programa emocionó a los asistentes al afirmar: “La educación es libertad”, un testimonio que refleja el impacto transformador de esta iniciativa.
Además del premio principal, se entregaron distinciones especiales a la Comunidad Cenáculo, el Equipo Multidisciplinario de Interrupción Voluntaria y Legal del Embarazo (IVE-ILE) de la Maternidad Provincial 25 de Mayo, y al Centro Vecinal Domingo Faustino Sarmiento, por su valioso aporte al fortalecimiento de los Derechos Humanos en distintos contextos.Este reconocimiento no sólo celebra los esfuerzos de quienes trabajan por una sociedad más justa, sino que también inspira a otros a tomar acción. ¿Qué nos enseñan estas iniciativas? Que el compromiso y las acciones colectivas son claves para construir un futuro más inclusivo, solidario y equitativo.
Participaron del acto de premiación el ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Fernando Ávila; el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Catamarca, Gonzalo Salerno; el director provincial de Derechos Humanos, Hernán Velardez; legisladores provinciales, entre otras autoridades.
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