Hace algunos meses BHP Billiton tomó la decisión de simplificar su
negocio y dejar solo cuatro unidades operativas en la compañía: hierro,
petróleo, carbón y cobre.
Esta decisión significó que la compañía comenzara a desprenderse
de los activos más pequeños y de otros recursos que estaban en mano de
la empresa, un camino que han seguido sus competidores.
Anglo
American Plc y Rio Tinto Group también han hecho pública su intención de
desprenderse de activos, lo que se ha convertido en una verdadera ola
en las últimas semanas.
Así, las empresas mineras han puesto en
“vitrina” una cartera avaluada en US$ 616 mil millones, si se
contabiliza al precio de compra de cada uno de ellos.
El gran
problema es que muchas de las inversiones mineras se hicieron en
momentos en que el llamado “súper ciclo” de precios estaba en su punto
más alto, por lo que hoy, con niveles más bajos, las inversiones se ha
visto depreciadas.
El hecho de que estas adquisiciones estén mal
sincronizadas “claramente tendrá un impacto en la forma en que los
otros mineros evalúan las opciones para la eliminación de los activos
del grupa”, dice Paul Gait, analista de minería de Sanford C. Bernstein
en Londres. Por lo que, probablemente, al momento de su materialización,
los tratos serán por montos inferiores.
En 2011, por ejemplo, el
regreso de BHP sobre el capital invertido en uno de sus proyectos de
hierro fue de 35%, según datos compilados por Bloomberg.
La cifra
cayó al 13% dos años más tarde ya que el crecimiento de China se
desaceleró. Y hoy ese proyecto está en la cartera que podría ser
vendida.
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