Muchas veces, cuando el calor aprieta y volvemos a poner en marcha nuestro equipo de refrigeración, encontramos que no funciona como debiera. Tocamos un botón, luego otro y nada. Los motivos que pueden generar un problema son muchos: falta de gas, problemas de filtro, una desconfiguración eléctrica, etc. Te contamos qué hacer cuando el aire acondicionado no enfría para evitar pasar un mal trago.
Existen causas frecuentes por las cuales los equipos pueden funcionar de forma deficiente. Si bien en determinados casos será necesaria la asistencia de un técnico, conocer algunos problemas frecuentes puede ayudar a prevenir y solucionar los problemas sin gastar una fortuna.
El filtro de aire acondicionado: un dato que muchas personas ignoran es que es necesario limpiar los filtros periódicamente, ya que la acumulación de suciedad impide que el aire fluya como debe, bajando la presión del gas necesaria para el enfriado y aumentando el consumo de energía. En algunos casos, la obstrucción generada por la suciedad es tanta que el aire acondicionado empieza a perder agua.
Limpiar el filtro es súper fácil y no debería tomarnos demasiado tiempo. La forma más recomendada es utilizando agua caliente y jabón. No es una buena idea utilizar cepillos, ya que corremos el riesgo de dañar el tejido del filtro.
En los casos en los que el filtro está muy sucio o grasoso (si se encuentra, por ejemplo, en una cocina), pueden usarse productos antigrasa, que luego deben ser bien enjuagados con jabón antes de volver a ubicar el filtro.
Con qué frecuencia limpiar filtros de aire acondicionado: por lo general, se realiza cada seis meses. Sin embargo, esto depende en gran medida del uso que se le da a cada equipo y al ambiente donde está instalado. Por ejemplo, los equipos que permanecen encendidos durante largos períodos de tiempo o aquellos que estén expuestos a ambientes con olores fuertes, como humo de tabaco o perfumes, deben lavarse con más regularidad.
Falta de gas: uno de los motivos más usuales de mal funcionamiento de un equipo de aire es la falta de gas. Sin embargo, es falso que los equipos requieran una recarga de gas constante como ocurre con los autos. En condiciones normales, ésto no debería pasar. Si ocurre, puede deberse a un error al momento de la instalación, a una fuga o a una perforación en la tubería.
Cómo saber si le falta gas al aire acondicionado
Hay dos maneras de detectar si a nuestro aparato le falta gas: con un manómetro o de forma manual. Los técnicos frigoristas utilizan manómetros para determinarlo. Esta herramienta les permite constatar la presión a la que está la cámara frigorífica de cualquier equipo. Sin embargo, para aquellos que no contamos con estas herramientas, la mejor opción para saber si le falta gas es prestar atención a los siguientes signos:
Se congela la tubería de cobre en la unidad exterior.
Se congela la unidad interior.
Gotea agua de la unidad interior.
Si descubrimos que el problema no es la falta de gas, podemos tener en cuenta otras causas:
Problemas con el condensador de aire acondicionado: el condensador de arranque se encuentra en la unidad exterior y es el encargado de transmitir al equipo la energía necesaria para que arranquen el compresor y los ventiladores interiores y exteriores. La forma de determinar si el problema está allí es constatar que los ventiladores y el compresor estén funcionando con normalidad. Si esto es así, el problema seguramente sea otro. Si ves que andan mal, es probable que el condensador esté roto y haya que cambiarlo.
Problemas con el evaporador de aire acondicionado: el evaporador es el encargado de tomar el aire caliente que tiene alrededor y transformarlo en aire frío a través de un intercambio entre el líquido refrigerante y el área a enfriar. Si el equipo no enfría, es probable que la falla se encuentre en este componente
Configuración del control remoto: por más simple que parezca, el control remoto puede ser el causante de un mal funcionamiento del aparato. Por la cantidad de funciones que incluyen los equipos modernos, muchas veces nos equivocamos o no terminamos de comprender a qué se refiere cada símbolo o función, y elegimos funciones contrarias a las que necesitamos.
Es importante comprender cómo poner el aire acondicionado en frío, ya que esta suele ser la función principal que otorgamos a nuestros equipos. En la mayoría lo encontramos bajo el nombre de ‘Cool’ o frío. Otras funciones comunes e importantes que se deben tener en cuenta a la hora de configurar el mando son:
‘Heat’ o calor: calefacción.
‘Dry’ o seco: expulsa aire seco, ideal para quitar la humedad en ambientes donde hay muchas personas.
‘Fan’ o ventilador: distribuye el aire, pero no enfría ni calienta.
Teniendo en cuenta estas cosas, debemos asegurarnos de que nuestro equipo se encuentre configurado en la función esperada antes de convencernos que tiene una falla y llamar a un técnico.
Para evitar fallas en el equipo es recomendable hacerle mantenimientos periódicamente. La frecuencia depende de cada aparato y el uso que se le dé. Para los equipos domésticos, un mantenimiento anual es suficiente. Para los equipos que tienen más uso, como los de las oficinas, un tiempo de revisión ideal son tres meses.
La clave de un buen mantenimiento es la limpieza de los filtros y los intercambiadores. Estos son el evaporador (que se encuentra en la unidad interior) y el condensador (unidad exterior), que se ven cuando se remueven los filtros. Para desinfectar el evaporador podemos usar una solución de agua con un pequeño chorro de lavandina y aplicarlo con un rociador.
Fuente: buenavibra.es
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