El Geobacter modificado genéticamente dispone de unos filamentos
reforzados que capturan los contaminantes disueltos en el agua, La
investigación ha sido liderada en Estados Unidos por la profesora de
origen español Gemma Reguera
Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) liderado por la profesora de origen español Gemma Reguera
ha desarrollado, patentado y mejorado un microorganismo capaz de
limpiar la contaminación provocada en el agua por productos radioactivos
como el uranio. La fase más reciente de este trabajo ha permitido
mejorar la capacidad descontaminante de la nueva cepa de bacterias Geobacter sulfurreducens
introduciendo una modificación genética que refuerza sus pili
(estructuras en forma de pelo o pequeños filamentos que cubren estas
bacterias) y facilita su actividad como captador de contaminantes.
Los resultados de este trabajo han sido publicados en el último número de la revista especializada Applied and Environmental Microbiology.
Diversos tipos microbios utilizan los pili para pegarse entre sí y hacer crecer una película o biofilm
sobre casi cualquier superficie, similar a la placa de bacterias que se
forma en los dientes. El equipo liderado por Gemma Reguera ha
comprobado que el biofilm de la nueva variedad de Geobacter
se convierte en un escudo que aumenta su capacidad para neutralizar aún
más el uranio. La mejora también permite que las bacterias sobrevivan
más tiempo, incluso cuando se expone a altas concentraciones de material
radiactivo. El nuevo Geobacter inmoviliza el uranio disuelto
en el agua y lo vuelve a convetir en un producto sólido, evitando o
reduciendo la contaminación en el agua.
"Los resultados que hemos conseguido superaron nuestras previsiones
más optimistas", ha explicado la profesora Reguera. "El biofilm de
Geobacter inmoviliza el uranio, como si fuera una esponja, sin que las
bacterias sufran nindún daño a causa de la contaminación o la
radioactividad, detalla esta investigadora formada en microbiología en
las universidades de Oviedo y Massachusetts.
Tres años después del descubrimiento
En septiembre de 2011, la prestigiosa revista PNAS
publicó los primeros resultados de la investigación liderada por la
profesora Gemma Reguera sobre la posibilidad de utilizar bacterias Geobacter, y sus filamentos conductores, para limpiar los residuos nucleares y otro tipo de contaminación.
El estudio recordaba que la contaminación de productos radioactivos
como el uranio puede ocurrir en cualquier etapa de la producción de
combustible nuclear y es también un problema en las aguas subterráneas
debido a diversas prácticas mineras y de gestión inadecuada de residuos.
El equipo liderado por Gemma Reguera descubrió que los filamentos de
las Geobacter funcionan como nanocables microbianos, capaces de
transformar la forma soluble del uranio en una forma menos soluble, de
tal manera que sea más fácil su extracción. Este equipo desarrolló una
cepa genéticamente modificada que elimina más de uranio, a la vez que es
más resistente a la contaminación.
La investigación actual del laboratorio que lidera la profesora
Reguera se centra en cómo la bacteria Geobacter sulfurreducens coloniza
superficies y vive como biopelículas. Las Geobacter obtienen energía
para el crecimiento por la transferencia de electrones que se generan
metabólicamente dentro de la célula a receptores de electrones externos,
tales como los metales y también a los electrodos. Este proceso muestra
grandes expectativas en aplicaciones de descontaminación de metales
radiactivos y tóxicos, así como en la generación de electricidad a
partir de fuentes renovables.
La Vanguardia
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