Según informes de bancos de inversión como JP Morgan, la aplastante victoria peronista indica "una prima de riesgo político prolongada" para Argentina. El análisis señala que el resultado refleja un "cansancio social" con el plan de gobierno actual, lo que aumenta las dudas sobre la capacidad del poder ejecutivo para sostener sus políticas de ajuste. Las caídas más abruptas se registraron en los títulos de deuda soberana y en las acciones de empresas como Grupo Financiero Galicia e YPF, que se desplomaron hasta un 20%.
La derrota del oficialismo en un distrito clave como la provincia de Buenos Aires, hogar del 40% del padrón electoral, es interpretada por el mercado como un mensaje claro de las urnas contra la dirección económica. El Gobierno, que esperaba un resultado diferente, ahora se enfrenta a una mayor presión sobre el tipo de cambio y la necesidad de recalcular su estrategia política y económica de cara a los próximos meses. Aunque el Gobierno ha insistido en que no se desviará de su rumbo, los inversores temen que la presión política y social fuerce un cambio de curso.

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