miércoles, 1 de noviembre de 2023

LA ENFERMEDAD DE LA POLIOMELITIS: Una historia del pasado, un peligro del presente

En Argentina existe un riesgo muy alto de volver a tener casos de poliomielitis, en especial, por el descenso en la cobertura de vacunación. El pediatra e infectólogo Alejandro Ellis narra en primera persona lo que significó tener esta enfermedad.

La poliomielitis, o comúnmente llamada polio, es una enfermedad muy contagiosa causada por el poliovirus. La mayoría de las infecciones no producen síntomas, pero entre 5 y 10 de cada 100 pueden presentar algunos síntomas similares a los de la gripe. En 1 de cada 200 casos el virus lesiona el sistema nervioso y ocasiona la parálisis permanente en piernas o brazos. Además, el virus puede atacar áreas del cerebro que ayudan a respirar y causar la muerte.

El infectólogo explica que “la polio es una enfermedad infecciosa que deja secuelas, principalmente a las neuronas motoras que son las que mueven los músculos. De manera más frecuente afecta a los miembros inferiores y causa una parálisis asimétrica, es decir, puede afectar una pierna y a la otra no. 

Si esto no se revierte en las primeras semanas post enfermedad queda una secuela de por vida”.

El riesgo de reintroducción

Si bien en 1994 la región de las Américas logró eliminar la transmisión del poliovirus salvaje y los virus salvajes tipo 2 y 3 fueron erradicados, en algunos países como Afganistán y Pakistán continúa siendo endémico el virus salvaje tipo 1.

Lamentablemente y a nivel general “en la última década las coberturas de vacunación mostraron una tendencia decreciente. Así la región de las Américas pasó a ser la segunda con menor cobertura del mundo”, especifica la representante de la Organización Panamericana de Salud en Argentina (OPS/OMS), Eva Jané Llopis. Ante la situación descripta, agrega que “el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles con vacunas alcanza su nivel más alto en 30 años”.

La tendencia se replica en Argentina con un descenso gradual y progresivo en el período 2009-2019, según información del Ministerio de Salud de la Nación. En la década mencionada, se observó una disminución de 14 puntos en la tercera dosis de vacuna contra la poliomielitis (de 97% a 83%).

Para más datos, la consultora nacional en Inmunizaciones de OPS, Florencia Nolte, añadió que “la cobertura de vacunación se ha visto gravemente afectada por la pandemia de COVID-19 en la mayoría de los países, y el riesgo de circulación de la poliomielitis nunca ha sido tan elevado desde 1994”. Además, Nolte advirtió que según la última clasificación basada en el nivel de vacunación contra la polio y la vigilancia del síndrome de parálisis flácida aguda “Argentina se encuentra entre los países con riesgo muy alto de volver a tener casos de poliomielitis”.

Con el fin de evitarlo, Ellis recuerda que “la vacunación contra la polio es muy importante desde la primera infancia a los dos, cuatro y seis meses de vida y que tiene un refuerzo a los cinco años, al ingreso en la escuela primaria”.

Para finalizar y sin dudar asegura: “Las vacunas son una de las intervenciones más importantes en el mundo para prevenir enfermedades, salvar vidas y evitar secuelas”.

El desafío de enseñar sobre una enfermedad que no se ve

“El año que viene se cumplirán 40 años del último caso de polio en Argentina y la última gran epidemia fue hace más de 60 años por lo que los médicos y residentes a los que les hablo no estuvieron ante un caso”, señala.

Según Ellis, como los médicos no están familiarizados con las enfermedades eliminadas en el país es más difícil la detección rápida de un caso, al igual que lo que ocurre con el sarampión que suele confundirse con otras patologías. El infectólogo aclara que “este desconocimiento de la población en general se debe al gran éxito de las vacunas”

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